Publicidad

Ecuador, 14 de Octubre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

Burt Lancaster, aquel acróbata de Hollywood

Burt Lancaster, aquel acróbata de Hollywood
03 de noviembre de 2013 - 00:00

Aunque el contenido de ‘From here to the eternity’ (‘De aquí a la eternidad’, 1953) es bélico, existe una escena que quedó grabada en la memoria del espectador: aquel candente beso entre Burt Lancaster y Debora Kerr en una cálida orilla hawaiiana.

Y para muchos expertos, esa escena, en parte, ayudó a que Lancaster obtuviera su primera nominación al Oscar como mejor actor protagónico.

Lancaster, quien hoy hubiese cumplido 100 años de edad, no pasaba inadvertido con su físico prodigioso (medía 1,85 metros), una brillante sonrisa y una dicción impecable convirtieron a un trapecista de circo en una de las mayores estrellas del cine clásico ‘gringo’.

Destinado a brillar por un sendero propio, nació el 2 de noviembre en el Spanish Harlem de Nueva York como Burton Stephen Lancaster, en el seno de una familia humilde. Su padre era cartero y tenía cuatro hermanos.

Sin embargo, su gran pasión por el deporte, especialmente la gimnasia olímpica, lo llevaría a la Universidad, institución que abandonaría cuando un trapecio se cruzó en su vida.

Amante de las peripecias, de los riesgos y de la adrenalina, se convirtió en acróbata de circo. Sin embargo, una lesión en la mano le obligaría a dejar esa “gran vida”, según confesó en una ocasión.

Deprimido por abandonar el sueño de su juventud, comenzó a hacer pequeños trabajos, hasta que fue descubierto.

Su primer trabajo como intérprete fue en una obra teatral de Broadway, ‘A Sound of Hunting’. Un rotundo fracaso, ya que apenas se mantuvo tres semanas en cartelera, pero eso le sirvió para abrirse un hueco en la sibilina industria del cine.

Su debut en una cinta ya le reportó un éxito incondicional. Junto con Ava Gadner protagonizó ‘The Killers’ (1946), una película que obtuvo cuatro nominaciones al Oscar, entre ellas mejor director y banda sonora original.

A partir de este momento su carrera fue meteórica. Con papeles protagonistas en películas de aventuras como ‘The Flame and the Arrow’ (1950) o ‘The Crimson Pirate’ (1952), Burt Lancaster se convirtió en un referente del cine de aventuras de la década de los cincuenta.

Su rol de hombre rudo cuajaba perfectamente con su personalidad, siempre tildada, por cineastas y colegas, de violenta y difícil de manejar, pero fueron sus saltos y acrobacias los que lo llevaron directo hasta la alfombra roja.

Sin embargo, poco a poco el actor tuvo la necesidad de superarse a sí mismo y aceptó papeles cada vez más complejos dramáticamente.

Lancaster se convirtió en la primera “estrella” independiente con su propia productora, rompiendo con los grilletes de los estudios, algo que no se había concebido con anterioridad.

Ícono del cine clásico estadounidense, estampó su atlética figura en los anales del séptimo arte al protagonizar el mencionado beso con Kerr.

Su primera estatuilla dorada llegó con ‘Elmer Gantry’ (1960). Le fue “fácil”, argumentó en una ocasión, puesto que se interpretaba a sí mismo en la pantalla, un charlatán, farsante, enamorado de las mujeres y el whisky.

Volando solo como un águila, Lancaster alcanzó los papeles más elevados de su carrera: ‘Birdman of Alcatraz’ (1962), ‘Il gattopardo’ (1963), que él consideraba como su mejor actuación, o ‘Atlantic City’ (1980), una de sus filmes más contemporáneos.

Rebelde, idealista y revolucionario; comprometido con las causas sociales y políticas, era común ver al neoyorquino liderando manifestaciones en contra de la Guerra de Vietnam y en favor de las minorías raciales y de la igualdad sexual.

Además, protestó enérgicamente contra las guerras y las intrigas políticas en películas como ‘Executive Action’ (1973) o ‘Twilight’s Last Gleaming’ (1977).

Casado tres veces y con cinco hijos, Lancaster falleció el 20 de octubre de 1994, a pocos días de cumplir 81 años en Los Ángeles, víctima de un infarto. Condenado a una silla de ruedas y mudo desde hacía tres años, murió sin dejar que ningún conocido se despidiera personalmente de él.

De hecho, cuatro años antes de su deceso una actriz y amiga suya que deseaba verlo fue rechazada por Lancaster al teléfono con el siguiente mensaje:”Deseo que me recuerdes como tú me conociste y no que veas en lo que me he convertido”.

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media