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Bigelow sumerge al espectador en la oscura cacería a Bin Laden

Bigelow sumerge al espectador en la oscura cacería a Bin Laden
02 de marzo de 2013 - 00:00

En cuestión de casi tres horas (exactamente 160 minutos), Zero dark thirty (o La noche más oscura, según su traducción comercial para Latinoamérica) sumerge al espectador a un mundo de tensión, enredos y traiciones propios de la cacería de un terrorista.

Y claro, Zero dark thirty no es más que el relato que hace Kathryn Bigelow (la misma que ganó el Óscar como mejor directora en 2009 por The hurt locker) sobre la persecución a Osama Bin Laden.

Bigelow lo maneja bien desde el principio con un flashback solo de audio acerca de lo que ocurrió el 11 de septiembre de 2001, cuando cayeron las torres gemelas. De hecho, es una imagen perennizada y global que descansa en la memoria humana, al punto de recrearla con solo cerrar los ojos mientras se escuchan los desgarradores gritos.

Por eso Bigelow no muestra nada y los primeros minutos del filme son con la pantalla en negro y solo se  escuchan frases sueltas de algunos de los protagonistas de aquella tragedia.

Previo a las candidaturas y posterior ceremonia del Oscar, el filme fue cuestionado por la tortura que se expone en la pantalla, según el guión de Mark Boal. De entrada Ammar (Reda Kateb) es objeto de tortura en Pakistán porque está vinculado con un mensajero de Bin Laden. Allí Dan (Jason Clarke), un agente de la CIA, lo interroga psicológicamente y físicamente.

Y aunque Dan es cruel para sacar información es también un humano sensible que, incluso, pide irse de Pakistán y se niega a interrrogar a más detenidos. También se muestra vulnerable con los monos que tiene como mascota.

Otro aspecto es que el filme está plagado de actores, entre buenos y malos, según el desarrollo que es largo, denso y dividido por capítulos. No obstante, es Jessica Chastain, quien en su papel de Maya, la agente de la CIA que se obsesiona con acceder a Bin Laden y ajusticiarlo.

Hay mérito del guionista del reparto y, sobre todo, de la narradora, de Bigelow, que exprime con habilidad y mucha inteligencia los recursos de los que dispone. Todos los intérpretes cumplen y convencen —Mark Strong, Jennifer Ehle, James Gandolfini, Joel Edgerton…— pero es Chastain, quien sostiene el peso de la película. En los Óscar perdió ante Jennifer Lawrence otra actriz en pleno ascenso.

Su personaje intenta, durante 10 años, la captura de Bin Laden (vivo o muerto).
Definitivamente existen varios momentos memorables en el trabajo de Chastain, a veces calmada, parca o exasperada, según los resultados que obtenga en su búsqueda y eso es también mérito de Bigelow, que sumerge al espectador a una ficción basada en dolorosos hechos reales.

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