En cuestión de 73 años Batman ha tenido sus picos extremos. Desde los más altos, hasta los más bajos que han amenazado su existencia en las historietas e incluso el cine, quizás su mayor herramienta comercial a través de las versiones que desde 1989 han planteado Tim Burton, Joel Schumacher y actualmente Christopher Nolan.

Este último es considerado por los expertos y fans como el más sobresaliente con su trilogía ‘Batman begins’ (2005), ‘The knight dark’ (2008) y ‘The knight dark rises’ (que el viernes pasado se estrenó en Estados Unidos y el próximo 27 llegará a las salas ecuatorianas).

Mauricio Gil, del Cómic Club de Guayaquil, sostiene que como personaje de historieta tuvo un nuevo aire con la reinvención que en 1986 hizo Frank Miller con la novela gráfica ‘Batman: The knight dark returns’, que es de donde se basa Nolan en sus películas, aunque el fallecido dibujante Jim Aparo y el escritor Dennis O’Neil ya habían empezado a darle mayor vigor a un Batman que iba en declive en la década del 60.

Gil considera que la serie que en 1966 protagonizaron Adam West (como el personaje encapuchado) y Burt Ward (como Robin) era el reflejo de esa decaída del personaje. Más bien era una parodia, una versión muy bufonesca y comercial en plena época del pop art con onomatopeyas (esas expresiones lingüísticas sobre sonidos naturales, en este caso los golpes de los personajes representados con ‘crash’ o ‘plaf’).

El dibujante local sostiene que curiosamente esas onomatopeyas provocaron el final de la serie de TV, que no fue la primera. En 1943 y 1949 hubo otras.

Pedro Álava, conocido artísticamente como Dr. Pedro y fan confeso de Batman desde que tenía 5 años, coincide con Gil en que el personaje tiene un antes y después con Bob Kane, el creador, y Miller, el reinventor.

En 1939 cuando Superman tenía un año de circulación, los directivos de DC Comics consiguieron a Kane para que concibiera un personaje de impacto semejante. Su boceto inicial fue  un personaje con máscara y traje que combinaba el color rojo con el negro, más unas alas pegadas a los brazos que lo simulaban como un murciélago.

No obstante, Bill Finger, quien trabajaba con Kane, fue quien le dio la imagen con la que hasta hoy se lo conoce: capucha negra y traje gris. El problema es que Kane nunca lo reconoció a Finger, quien murió en 1975.

Según este último, lo coloreó oscuro porque se suponía que su personalidad fue creada así. El origen del personaje tiene que ver con un niño millonario que ve cómo unos delincuentes matan a sus padres, mientras venían del cine.

Eso supone el rencor que desde entonces guardó el pequeño Bruce Wayne (Bruno Díaz para Latinoamérica), más una caída a unas alcantarillas infestadas por murciélagos y que estaban bajo su mansión. Y ese rencor lo conduce al personaje -héroe para unos, antihéroe para otros- que caza malhechores para que otros no corran con la misma suerte que sus padres.

Gil explica que en la década del 40 no era común la expresión de “crimen organizado”, aunque ya habían sido creados los villanos The Joker (El Guasón) y Catwoman (Gatúbela).

Curiosamente Batman y Superman son los únicos sobrevivientes de la II Guerra Mundial, pues hubo otros que no se difundieron más. En el caso de Batman su fortaleza tiene que ver con que es un humano con debilidades como cualquier otro, sin  poderes sobrenaturales.

Dr. Pedro reconoce que precisamente eso es lo que le atrajo de Batman. Para él su poder radica en su inteligencia que le permiten construir su baticueva,  el batimóvil, su sistema de monitoreo, un laboratorio científico, y por supuesto, sus armas.

Fernando Landín, fotógrafo profesional y también fan, concuerda con los dos anteriores en cuanto al perfil del hombre murciélago. Él se identifica con Batman desde que tenía cuatro cuando sus padres le organizaron una matiné con la temática de los Superamigos, la serie televisiva de los 70.

Desde entonces, ha coleccionado dos mil cómics del superhéroe, muñecos y un afiche firmado por Val Kilmer, quien interpretó al encapuchado en Batman Forever (1995). Sucedió que Landín trabajaba en crucero por las Islas Galápagos donde conoció a unos vecinos de Kilmer, quienes a su regreso le trajeron el póster autografiado.

Landín trata de establecer un equilibrio entre las versiones fílmicas de Burton y Nolan.
Sobre las del primero afirma que son excelentes producciones, aunque no se ajustan mucho a la esencia de los cómics, mientras que las de Nolan han sido más pensadas y serán por mucho tiempo un referente.

Gil opina que Nolan rescata el trabajo de Miller en cuanto a los traumas de Bruce Wayne acerca del asesinato de sus padres o su caída al foso de murciélagos en donde curiosamente construye su baticueva.

Según Gil, la idea de Miller fue mostrar a un Wayne/Batman cincuentón que vuelve al ruedo,  pero Nolan recurrió a Christian Bale, quien le da más un aire fresco y juvenil al personaje.

Acerca de las propuestas de Burton, Gil afirma que el Batman era más pétreo con Michael Keaton, mientras que las versiones de Schumacher ridiculizaron adrede al personaje para comercializarlo, tal como ocurrió con la serie del 60.
Dr. Pedro resume la etapa de  Schumacher como un producto para vender muñecos de Batman en las cajitas felices del McDonalds.

Lo que queda es percibir la recepción entre los fans ecuatorianos, incluso tras el tiroteo que ocurrió la medianoche del viernes en Estados Unidos dentro de la sala de cine. Pero esa es otra historia.