C’est la vie abu evoca a los grandes del jazz
Con la idea de transportar el jazz a nuevos espacios y que sume adeptos, el trío C’est la vie abu empezó a popularizar sus tocadas fuera de las aulas de la carrera de Artes Musicales, en la Universidad Católica de Guayaquil.
Ahí nació la banda. Con Luis Alberto Illescas en el contrabajo, Javier Vera en el piano y Juan Carlos Jiménez en la batería, las dinámicas de su laboratorio musical pasaron de densos ensayos al goce de presentaciones en vivo.
Ahora son parte del programa de jamming que organiza Zentro, el restaurante del Manso Hostal Boutique –Malecón Simón Bolívar y Aguirre– ahí se presentan agrupaciones cada semana.
El martes 26 de febrero, a las 20:30, el trío subirá al escenario con su propuesta que profundiza en los subgéneros del jazz: como el swing, baladas, hardbop, bebop, vals, funk, entre otros.
No hay voces, lo instrumental es lo suyo en el plano de la improvisación, al igual que las clásicas bandas de jazz que marcan su estilo.
Dentro del repertorio previsto para la performance estarán temas como “Body & Soul”, que consagró como leyenda al saxofonista Coleman Hawkins. Jiménez resalta que eso los llena de romance e ilusión.
Javier Vera indica que el concierto empezará con los sonidos de C’est la vie abu, pero después subirá Harry Game, quien intervendrá como invitado especial por “su estilo particular”.
Antes de concluir, la banda convocará a los músicos que estén entre el público para que se unan a un “jamming de jazz” y cerrar la noche.
Promotores del género
La banda tiene una insignia: no dejar morir el jazz en la ciudad. Un argumento que se origina desde su visión sobre el movimiento jazzístico.
Su presentación el martes es parte de un proyecto de gira por la ciudad. En el Manso Hostal estarán el último martes de cada mes. “Creemos que el jazz tiene gran potencial a nivel universitario. Hay manifestaciones artísticas donde se fusionan músicos académicos y empíricos, llevando a evolucionar la escena musical, volviéndola variada y rica”, señala Illescas, quien dirige la banda.
Para Jiménez, este es un movimiento que creció. Considera que se deben aprovechar los nuevos espacios de la ciudad donde las propuestas musicales se han expandido para sumar adeptos al género.
El jazz para la banda es un todo: respiran, hablan, digieren y lo viven. (I)