La música de la agrupación colombiana Bambarabanda es fusión, alegría, una pizca de nostalgia, combinada con ritmos folk de la región que podría ubicarlos como representantes del género world music.

Con los álbumes de estudio El baile de los obligaditos (2008), Surestar (2013), Itinerancias musicales por Nariño (2014) y la preparación de un tercero, ya han recorrido Europa, Estados Unidos y parte de Latinoamérica.

Bambarabanda surgió en Pasto, Colombia, y tiene 8 miembros. Ellos son: David Narváez (guitarra eléctrica); Adriana Benavides (guitarra acústica), Adrián Álvarez (acordeón), Fabio Portilla (bajo), Pablo Muñoz (violín y charango);  Yeimi Argotti (batería y percusión), junto con Juan Cano y Carolina Ponce, como las voces principales.

Juan Cano recuerda que el proyecto se inició en el año 2000 como un colectivo de artistas que hacía teatro y videos, pero un año después se convirtió en grupo musical.

Por eso, entre sus miembros además de músicos, hay diseñadores, realizadores audiovisuales y artistas plásticos. Las primeras reuniones del colectivo eran en el bar Ética, de Pasto, sitio donde los artistas de la localidad expresaban su sentir.

“Nace de la necesidad de gritar a la sociedad todo lo que no nos gustaba, sea del Gobierno o de la ciudad, pero esa crítica se hizo fiesta, lo que generó la aceptación del público”, relató Cano.

De ese modo, el cantante describe los inicios de su música como protesta contemporánea, y, con el tiempo, se transformó en una propuesta de investigación de ritmos andinos y de la región de Nariño (sur de Colombia). “Y todo eso mezclado con el rock, hip hop y la música del mundo”, dijo.

Así se fueron incorporando más miembros, como la vocalista Carolina Ponce, que está con Bambarabanda en sus inicios con el teatro.

“Hacíamos los coros en una obra que se llamaba Medea sin fuego, y desde ahí estoy”, dijo. 

Ponce destaca el ‘humor pastuso’ que usan en sus canciones. “También es una oportunidad de expresar lo que no nos parece”.

Además de las melodías, Bambarabanda también tiene una firme convicción social. “El trabajo social sustenta el trabajo de la banda. Este proceso nos ha ayudado  mucho,  no solo en lo económico, también en una sensibilidad ante la situación que pasan nuestros jóvenes”. 

 Bambarabanda ha participado en proyectos pedagógicos con la niñez  de Colombia, en los cuales ha grabado canciones creadas por los jóvenes del departamento de Nariño. 

Una evolución permanente también es una característica de Bambarabanda desde que sus integrantes debutaron con su primer disco El baile de los obligaditos en 2008. 

Cano recuerda que el nombre del disco surgió porque en la historia colombiana, Pasto fue una de las últimas ciudades en independizarse de España.  “En ese tiempo no había la necesidad de hacerlo, y eso nos tildó de ‘tontos’ porque no queríamos ser parte del nuevo Gobierno.  Por eso fuimos obligaditos. Y el baile, porque ese hecho lo tomamos con alegría”, cuenta.

En ese primer álbum hubo acercamientos con el funk y el rock. Y para Surestar vino la exploración con la música del mundo. “Hay polka, tarantela, música oriental, se abre más el panorama”, expresó Cano, quien considera que el estilo que distingue a la banda es rock fusión de los Andes.

El nuevo material

El  cuarto disco que preparan y se titulará, tentativamente, Cordillera, tendrá 12 canciones, de las cuales 3 ya están sonando y son: ‘Guagüita cuna’,  ‘Señora sociedad’, y ‘Triste domingo’.

Esta última es una versión que hicieron del tema ‘Gloomy sunday’, original de Hungría. Bambarabanda participó en una convocatoria mundial del festival Womex para reinventar esa melodía.

“Es un tema con mucho dolor porque es de la época de la posguerra. Participamos y nuestra versión andina fue elegida”. 

El cover de ‘Gloomy sunday’ que hizo Bambarabanda se suma a las que hicieron en su momento la cantante Billie Holiday, y luego Björk. 

 Bambarabanda ha participado en importantes festivales de Colombia, como el Rock al Parque, donde estuvieron en 2009, 2013, y 2016. 

Ecuador no le es ajeno, pues confirman que desde 2004 visitan el país para diversos shows. “Hemos estado en Quito, Ambato, Cuenca y Salcedo”, recordó Cano.

El nombre de la banda surge como un juego de palabras, pues ‘Bámbaro’ tenía una connotación negativa, pero con el tiempo se usó también para llamar a alguien ‘amigo’. “Y le pusimos Bámbara porque también hay chicas, y somos una banda, de ahí el Bambarabanda”, concluyen. (I)