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Ecuador, 23 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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Avril Lavigne explora su perfil más acústico

De aquella Avril Lavigne adolescente de 17 años, que en 2002 irrumpió con las canciones Let go y Complicated casi no queda nada. Era la época de la chiquilla con zapatos Converse, camisas con corbatas flojas, que cantaba envuelta por las distorsiones de la guitarra propias del punk rock contemporáneo, que  ella  convirtió más bien en un pop rock.

Hoy, a sus 26 años, Avril presenta una propuesta más melódica, con Goodbye Lullaby, su cuarto y reciente disco que presentó el pasado 8 de marzo, a través del sello RCA Records. Su título, que se puede traducir como “Adiós a la niñera” o “Adiós a las canciones de cuna”, se refleja en canciones más acústicas, algunas basadas en su guitarra de palo o en piano de cola.

Incluso su imagen tiene que ver más con la de una mujer sensual que la de la chiquilla rebelde de sus primeros tres discos: Let go (2002), Under my sking (2004) y The best damn thing (2007).

Con el paso de esos discos su apariencia ha variado, pasando de la moda “skater” a  una postgrunge, luego a un estilo más femenino con corsés, tutús y otros atuendos.

Al igual que el título del disco, Goodbye Lullaby, la portada refleja su contenido con una Avril que luce un vestido blanco sobre un piano.

Goodbye, la canción que ella considera como la preferida del disco, está estructurada en piano clásico con algunos arreglos de violín. Así lo quiso la cantante canadiense, quien produjo el álbum junto con Evan Taubenfeld, Butch Walker y Max Martin.

Su contenido lírico es algo ambiguo. Aborda la despedida hacia un viejo amor y a la vez hacia la necesidad de crecer, de seguir su camino, refugiándose en algo y a la vez alejarse de quien la ha cuidado siempre. Queda para la interpretación de quien escuche los estribillos: “Goodbye my love/ I can’t hide, can’t hide/ Can’t hide what has come (adiós mi amor/  no puedo ocultar/ no puedo ocultar/ no puedo ocultar lo que ha venido)”, o “Lu-lullaby/ distract me with your eyes/ Lu-lullaby/ Lu-lullaby/ Help me sleep tonight (Canción de cuna/ distráeme con tus ojos/ canción de cuna/ ayúdame a dormir esta noche...)”.

Según la cantante, la idea de su nuevo disco es proponer un contenido más personal, uno en el que hable más de sus vivencias, desamores desde su adolescencia, sin dejar de lado un par de canciones que reflejen el característico pop rock de sus inicios.

Por eso Avril pospuso el lanzamiento de su disco desde hace dos años. Según ella, era un trabajo demasiado serio y no quería chocar con sus seguidores. Eso permitió que What the hell sea el primer sencillo, uno que se aleje de lo acústico que ella propone en el resto del disco. Y What the hell es un tema en el que explora su rebeldía con una letra que habla acerca de abandonar a la chica buena por una mala con “qué rayos, a la basura con eso”, según la traducción de su canción.

Smile es otro tema que rescata la esencia de la Avril de sus inicios. Suena a su habitual punk pop rock.

Lo acústico del disco se distingue en Darling (que más bien parece una melodía para consolar a alguien) y Everybody hurts (en la que ella se consuela al decir que tras una ruptura no es la única que sufre, sino que todos sufren en algún momento).

El mismo efecto sensible se percibe con Wish you were here y Alice (compuesta el año pasado especialmente para la película Alicia en el país de las maravillas, versión Tim Burton). Es la canción que cierra el disco compuesto por otras 13 melodías, que empezó a grabarse desde 2008 en un estudio casero.

Black star es una canción muy corta, compuesta en un hotel de Malasia. Inicialmente sirvió para presentar en 2010 su perfume Forbidden rose. Tras ese experimento, Avril quiso incluir Black star en el álbum, como un tono muy acústico, tal como propone en el disco completo.

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