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Daniel Sais: “Gustavo siempre estaba un paso adelante que nosotros” (Audio y video)

Daniel Sais: “Gustavo siempre estaba un paso adelante que nosotros” (Audio y video)
04 de septiembre de 2014 - 13:25

La última vez que Cerati estuvo en Guayaquil fue en el 2007. Lo hizo con Soda Stereo, cuando ya la banda tenía 10 años disuelta. Fue en un espectáculo que acogió a más de 35.000 personas y que se llevó a cabo en el estadio Alberto Spencer. Lo acompañaron Zeta Bossio en el bajo y Charly Alberti en la batería.

Era el esperado retorno de la banda que no solo llegó al puerto principal, sino que se desarrolló en varias provincias del país. El grupo se había despedido en 1997.

Solo por esa ocasión, Daniel Sais -quien fue el teclista de Soda- volvió a serlo ese año. Él reside en Ecuador hace más de una década y ahora es pieza clave de la leyenda que se inicia hoy, tras el deceso de Cerati esta mañana, en la clínica ALCLA de Buenos Aires.

Los tiempos de Soda Stereo ya pasaron, pero el legado musical que dejaron de la mano de Gustavo Cerati son imperecederos. Sais, quien acá es productor y músico reconocido, estuvo en la banda entre 1987 y 1990, sus años más gloriosos.

En una entrevista realizada por este Diario el 9 de julio de este año, confesó que "Gustavo era muy serio" y que -a decir verdad "Soda Stereo nunca fue tan cálido". Entre anécdotas, contó que su padre -que tenía una óptica- le fabricaba los lentes a Gustavo y a su familia.

"Ese hombre es un extraterrestre. Nunca he visto tanta concentración y focalización, todo lo tenía calculado en su mente. Por ejemplo, se daba cuenta si una luz no se prendía en el momento indicado. No sé cómo podía cantar, tocar, sonreír a la gente y darse cuenta de esas cosas. Era un nivel de trabajo impresionante", recordó Sais, quien señaló que Gustavo es uno de los artistas que más ha admirado en su vida.

Daniel esta semana se encuentra en Buenos Aires, aunque por motivos familiares no alcanzó a despedirse de su colega. Esta tarde conversó con Diario El Telégrafo desde allá.

Luego de los 4 años de sueño la esperanza de que Gustavo Cerati despierte se mantenía viva, aunque para la mayoría la noticia no fue del todo sorpresiva. Ese encuentro de sentimientos es el que ahora expresa Sais.

“Son sentimientos raros, estábamos un poco preparados para esta noticia. Pero también estaba la esperanza de que despierte”, comentó vía telefónica.

Durante su visita a su natal Baires una parada específica era visitar a su ex compañero en la clínica, sin embargo no pudo llegar a concretar su deseo. Ahora se hará presente con las condolencias hacia Lilian Clark madre de Gustavo y su compañera incondicional durante los últimos 4 años. Asimismo con el resto de la familia y amigos que se han dado cita para el último adiós.

“Cuando a Lilian se le pase un poco la tristeza, podrá también estar en paz. Estar en cama tanto tiempo como Gustavo no le hace bien a nadie”, dijo.

Está consciente de que haber sido parte de unos de los proyectos más importantes del rock argentino fue una visagra importante para su carrera como músico, productor y arreglista. “Siempre voy a llevar la marca de Soda. Está presente en cada momento de mi vida, aunque en ese momento no me imaginé que sería tan importante”, sostiene.

Una de las canciones insignes de la banda fue Ciudad de la Furia, producción en la que participó sin imaginarse que millones de personas la cantarían, esto – a decir del músico- nunca pasó por la mente de los integrantes. “Uno hace una canción y dice si suena bien... pero lo que sucedió con Soda fue inconmesurable”, describió.

El recuerdo de Cerati se volvió imperecedero sobre todo después de charlar con el por última vez en la gira Me verás volver, que recorrió Latinoamérica en 2007 y pasó por Ecuador con las canciones que por lo menos 3 generaciones disfrutaron y que tomaron como bandera.

Su última charla, bastante alejada del tema de la muerte o de la vida, se centró en los retos musicales de una carrera en solitario – emprendida por Gustavo después de la disolución de Soda en 1997- puesto que le resultaba triste que la gente siguiera enmarcada en los éxitos del pasado. “La gente te pide que toques una canción de hace 20 años y no le pone mucho asunto a lo nuevo que presentas, reflexionamos con Gustavo en esa última gira”, contó.

Siempre un paso más adelante...

La tristeza y al admiración convergen en las palabras de Daniel, quien confesó que admiraba a Gustavo Cerati como a nadie más. Su esquema de trabajo, su pasión y dedicación hacia la música se convirtió en un ejemplo para muchos.

“Una persona inteligente no es el que lo hace todo solo, sino el que puede armar un buen equipo”, reiteró Daniel. Definir un legado resulta aventurado para el músico, puesto que el alcance que tuvo la música de Soda y más adelante de Cerati en solitario marcó un hito en la historia de la música latina a tal punto de que muchas bandas se inspiraron en ellos para realizar sus propuestas.

Un ideador, más que un jefe o alguien que impone ideas, Gustavo “siempre estaba al tanto de todo, desde los instrumentos hasta las luces”. Cerati siempre fue un innovador desde su trinchera, la visión que tenía no siempre era compartida por el resto de sus compañeros, cuando el apostaba por alguna banda y el resto no estaba de acuerdo al cabo de un año, terminaban dándole la razón.

“Por eso lo admiré mucho, siempre estuvo un paso adelante que nosotros”. Entendía la música de manera especial, perspectiva que se trasladaba a sus composiciones; esto se convierte en un motivo de orgullo para Daniel, al ser compatriotas, compañeros de escenario y de estudio.

Gustavo y sus cinco veces en Ecuador

Antes del concierto del 2007, el ex-Soda llegó al país 4 veces. La primera fue en un tour, en 1986, en Guayaquil, cuando promocionaba el álbum Nada personal, aún con Soda Stereo. Al año siguiente, llegó a la capital con ‘Signos’ y también pasó por la urbe porteña en aquella ocasión, en un show que se desarrolló en el Coliseo Cerrado.

Volvió como solista para el año 2000, a Quito, con su álbum Bocanada, y en el 2002, cuando ofreció un concierto en el Coliseo Rumiñahui junto con sus compatriotas Fito Páez y Charlie García, los colombianos Aterciopelados y los locales Krucks en Karnak.

 

 

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