American Pie ‘resucitó’ los filmes sobre desenfreno estudiantil
Jim Levenstein siempre se ha especializado por salir airoso -casi sin saber cómo- de algunos enredos en los que él mismo se mete -la mayoría de las veces- por su elevado líbido. Quienes han visto la saga de películas ‘American Pie’ desde 1999 recuerdan las veces en que Noah (Eugene Levy), su padre lo ha descubierto masturbándose con un largo polín como un improvisado preservativo e incluso encima de una torta de manzana.
Y todo eso sin mencionar la ocasión en que hizo el ridículo frente a su entonces anhelada Nadia (Shannon Elizabeth) y ante decenas de compañeros de la secundaria East Great Falls, quienes lo vieron eyacular mucho antes de tiempo, a través de una videoconferencia que debía ser solo para sus cómplices de siempre Paul Finch, Kevin Myers, Oz Streicher y Steven Stifler.
Como fuere, el torpe Jim (interpretado por Jason Biggs) se casó con Michelle Flaherty (Alyson Hannigan), la aparentemente ‘nerd’ de la banda de música que le quitó la virginidad en la fiesta de graduación porque en realidad es una ninfómana. Y aún hay más. Ambos tienen un hijo de dos años y se reúnen 13 años después de terminar el colegio con Finch (Eddie Kaye Thomas), Kevin (Thomas Ian Nicholas), Oz (Chris Klein) y Stifler (Seann William Scott), aunque casi ninguno ha cambiado y aún piensan en juergas.
La sinopsis de las líneas anteriores es más bien un resumen de toda la saga ‘American Pie’ desde 1999 hasta la más reciente llamada ‘El reencuentro’ que hasta hace pocos días estuvo en la cartelera de los cines ecuatorianos junto con ‘Project X’, otro filme del denominado cine yonki para unos, semibizarro juvenil estadounidense o gamberro según los españoles.
Aunque no tiene una clasificación exacta como subgénero cinematográfico su contenido es claro: sexo, desenfreno, juergas, alcohol, drogas, vicios, especialmente en la etapa colegial y universitaria. Más bien se trata de un reflejo de la antítesis de la juventud americana, aunque España tiene sus cintas semejantes válidas para otro tema.
En todo caso, en Estados Unidos el subgénero se remonta a 1978 con ‘National Lampoon’s: Animal House’ (conocida también como Escuela de animales o Desmadre a la americana), dirigida por John Landis. Ambientada en la década del 50, relata la historia de una ‘quemeimportista’ fraternidad universitaria que desafía la autoridad de Vernom Wormer, el director del Farber College -creada, según la ficción, a finales del siglo XIX- por Emil Farber.
Hay dos bandos divididos: el de los aparentemente intachables Omega, liderados por Greg Marmalard (James Daughton), y los Delta con los salvajes John ‘Bluto’ Blutarsky (John Belushi), Eric ‘Nutria’ Stratton (Tim Matheson) y su pana Donald ‘Boon’ Schoenstein (Peter Riegert), más los novatos Larry ‘Pinto’ Kroger (Tom Hulce y Kent ‘Flounder’ Dorfman (Stephen Furst), el gordo estúpido y chapado a la antigua del grupo.
Aunque no parezca, la película se basa en hechos reales. De hecho, Chris Miller, uno de los guionistas fue el verdadero ‘Pinto’ en la Alpha Beta Delta Phi del Darmouth College. Sus escritos aparecieron en una revista llamada National Lampoon (de ahí parte del nombre original de la cinta). Él mismo adaptó esas historias junto con Douglas Kenney y Harold Ramis.
Aquella película abrió el abanico para otras producciones semejantes que tuvieron fuerza en la década del 80 con Porky’s y Porky’s II: The Next Day, que Bob Clark dirigió en 1982 y 1983. Al igual que ‘Animal House’, las absurdas comedias de Clark también se ambientaron en la década del 50 (con exactitud en 1954), pero en un ficticio colegio de Florida llamado Angel Beach.
Ahí su eje, además de las parrandas, era la pérdida de virginidad de varios estudiantes, entre ellos Edward ‘Pee Wee’ Morris (Dan Monahan), quien no puede controlar su líbido, al punto de simular movimientos sexuales durante alguna conversación trivial.
Él y sus amigos planean ir a un prostíbulo llamado Porky, pero tienen problemas porque son menores de edad y en esa época se suponía que la sociedad era más conservadora, aunque el hecho de espiar a sus compañeras desnudas por un agujero mientras se duchan contradice ese precepto.
Las que siguieron fueron menos enfocadas a lo sexual, aunque la esencia fiestera se mantenía. Sucedió con ‘The Last American Virgin’ (1982), que tiene un tinte más de drama y romanticismo, sin salirse del estereotipo de colegiales que quieren tener su primera experiencia sexual.
El aborto tiene un protagonismo en la historia, que narra el director Boaz Davidson a través de Karen (Diane Franklin), una compañera de colegio de la que está enamorado Gary (Larry Monoson), quien también es repartidor de pizza y comparte sus aventuras con tres amigos, entre ellos Rick (Steven Antin). Él embaraza a Karen y Gary se hace cargo de los gastos por el aborto.
El mismo año aparece ‘Fast Times at Ridgemont High’ con Sean Penn, quien interpreta a un desadaptado estudiante llamado Jeff, que consume marihuana en una pipa de cristal.
‘The Revenge of the Nerds (1984) y The Revenge of the Nerds II: Nerds in Paradise (1987) siguió con la misma línea, pero con el agregado de que sus protagonistas eran unos cerebritos. Ambas tuvieron secuelas casi inadvertidas en la década del 90 en la que el subgénero naufragaba hasta que Paul Weitz lo revitalizó hace 13 años con la primera American Pie. El relevo lo tuvo James B. Rogers en 2001; luego Jesse Dylan en 2003 y finalmente Jon Hurwitz junto con Hayden Schlossberg en 2012.
La primera American Pie impulsó a otros filmes como ‘Road Trip’ (1999), de Todd Philips, que narra la historia de Josh Parker (Breckin Meyer), quien siempre le había sido fiel a Tiffany Henderson (Rachel Blanchard), su novia de secundaria. Al punto de cruzar todo el país en auto y bus con tres tontos amigos para evitar que un vídeo incriminatorio con Beth (Amy Smart), una compañera universitaria, llegue a las manos de Tiffany.
Jeff Schaffer no quiso quedarse atrás y en 2004 dirigió ‘Eurotrip’ en la que el viaje ahora es en Europa porque Scott (Scott Mechlowicz) busca a Mieke (Jessica Boehrs), una amiga alemana con quien se escribía y luego “mandó al diablo” porque creyó que era un hombre que lo acosaba.
Durante la última década se han producido varias películas parecidas, entre ellas cuatro no oficiales de American Pie -sin los protagonistas originales-. Otras son la actual ‘Project X’, del británico iraní Nima Nourizadeh -que para variar trata de Thomas, Costa y JB, tres muchachos que también quieren sexo en una fiesta que se les sale de las manos- o Not Another Teen Movie’ (2001) que recurre a situaciones que parodian a 20 películas como ‘Karate Kid’, ‘Pretty in Pink’ ‘Cruel intention’, ‘The Breakfast Club’ o la misma ‘American Pie’, esa que revitalizó el género a finales de los 90.