“¿Es cierto que ustedes ayudaron a los damnificados del terremoto y le quitaron la administración del Gobierno para apoyar a su gente? ¡Qué valiente este país!”, dijo Adal Ramones al público que con fuertes aplausos le demostró su admiración y la acogida que tuvo durante su show ‘Las cosas son como son’.

La burla sobre situaciones incómodas que le ocurren a cualquier ser humano, ya sea con la pareja, los hijos, la suegra o los desconocidos fue el contexto que planteó este  showman mexicano que desató risas intensas en el salón Los Presidentes, del Centro de Convenciones de Guayaquil.

La sátira inició con el ajuste del sonido que tuvo fallas en dos micrófonos. Aunque parecía parte de su actuación, en forma jocosa se refirió a este desperfecto reprendiendo a  dos de los siete encargados del sonido. “Esta es la segunda vez que escucho una falla, si yo estuviera ahí estaría con los huevos en la garganta, pero como ganan en dólares están que se ríen”.

Otra de sus ‘víctimas’ fue un guardia de seguridad que se encontraba en el centro, entre la tarima frente al público, pero a sus espaldas. “Les presento a Jimmy Mackenzie, un hombre que se lanzará como tapando un gol para dar su vida por mí, tal como en la película El guardaespaldas. Si muere, debo pagar los estudios de su hijo mayor (...), pero si el tiro le alcanza los testículos, tendré que darle un fuerte abrazo”.

Anécdotas comprometedoras

“¿Cómo les dicen a los pedos acá en Guayaquil? ¡Ay, no mames!, ya dices que los llamas flatulencia, pero si tienes cara de ser pedorrísima”, manifestó el cómico a una señora que no paraba de reír.

Este fue uno de los temas al que le dedicó aproximadamente una hora, hilando escenas que por lo general no se comentan por vergüenza. Con esta pauta recreó esos momentos inesperados cuando dan ganas de expulsar un gas  y desarrolló una cátedra sobre la forma en que se podrían disimular.

Sin cambiar el tema, recordó la anécdota que tuvo de joven cuando una novia lo invitó a cenar con sus padres. Las carcajadas retumbaron en el salón al llegar a la escena en que el baño se le tapó y tuvo que salir frente a esta familia sin despedirse.

No dejó de burlarse de los que se encontraban en el área VIP, a quienes llamó ‘pelucones’. A estos les agradeció porque indicó que el 50% del costo de sus entradas iría a una fundación para niños de escasos recursos, y entre risas terminó desmintiendo su cuento porque comentó que se trataba de los ‘fondos’ con los que pagaba la manutención de sus hijos.

Más que un cómico

Ramones, de 56 años, no es solo un cómico con un talento actoral de admiración, también cuenta con una trayectoria profesional que empezó en la televisión como productor de comerciales y programas infantiles para la cadena Televisa.

El programa Otro Rollo con: Adal Ramones fue el talkshow que animó  en 1995 y su puntal como presentador de artistas internacionales; luego saltó al cine latino con películas como No manches Frida, Maikol Jordan de viaje perdido, Cantinflas, entre otras más.

Para este empresario de la televisión sus monólogos son una terapia de risa para escapar de la rutina. Parte de su profesionalismo se basa en  mejorar y renovar la calidad de sus presentaciones, como argumentó al medio Prensa Libre cuando arrancó esta gira a inicios de este año, en Estados Unidos, Centro y Sudamérica. (I)