A Ricky Martin no le importó cantar en un escenario incompleto
Que el escenario no estuviera completo, sino solo el 20%, según se justificó el mismo Ricky Martin, no le impidió hacer gala de su casi interminable energía. No le impidió entregarse en “cuerpo y alma”, como dice uno de los estribillos de Será Será. Y con esa canción inició su espectáculo, el jueves pasado, casi a las diez de la noche en el estadio Alberto Spencer.
Ataviado con un traje negro de cuero, pegado a su cuerpo, el cantante puertorriqueño apareció con nueve músicos y parejas de bailarines. El boricua no dejaba de moverse sensualmente. Saltaba y se desplazaba de un lado a otro por las rampas ubicadas al extremo de la incompleta escenografía.
De inmediato sus bailarines lucieron cascos para la canción Dime si me quieres en la que el cantante propuso un paseo en motocicleta.
Cuando terminó la canción, Ricky dejó el escenario y volvió con una camisa negra transparente, que dejaba al descubierto su fornido torso. Continuó con Déjate Llevar (It’s Alright). Mientras que cantaba, dos de sus bajistas -sin camisa- lo rodeaban. Por un momento Ricky reclinó su cuerpo sobre uno de ellos.
Tras su interpretación el artista que regresó a Guayaquil tras 16 años con su gira Música + Alma + Sexo hizo un paréntesis y se dirigió a los miles de asistentes ubicados en las distintas localidades del estadio. “Buenas noches Guayaquil ¿Cómo estás? Quiero sentir ese calor. Esta tarde como a eso de las cuatro me dijeron Ricky creo que vamos a tener que cancelar el concierto.
Tienes un problema técnico. Tenemos solo un 20% de escenario. Así que nos vamos a casa. Yo les dije ustedes están locos, porque yo canto esta noche, así sea sin escenario. Este público yo lo quiero sentir, el calor de Guayaquil me lo llevo pa’ mi casa. Les juro por mi vida que voy a dejar de todo en este escenario”, exclamó.
Esa promesa fue sellada con la interpretación de Vuelve, uno de sus temas románticos. Su show no solo fueron coreografías, pues entabló relatos sobre el racismo y la homosexualidad. Un video citó una de esas historias, la de uno de sus bailarines. Él decía que las palabras “puto” y “maricón” lo marcaron durante su etapa colegial. “Tuve la suerte de canalizar mis emociones, a través del baile. Soy Cupono, soy gay y estoy feliz. Yo soy yo. Se tú mismo”, dijo.
A las diez y media, Ricky, quien el año pasado confesó su homosexualidad, volvió a cambiar de pinta. Esta vez usó un elegante blazer blanco y pantalón negro. El cantante recordó el tema Living la vida loca, que hace doce años lo consagró.
Le siguieron otras como She bangs y Till get to you, en las que el artista se mostraba frente a sus bailarinas, como un tipo seductor al tomarlas con fuerza y amagar que las besaría. Mientras que eso ocurría el sonido retumbante de las trompetas los acompañaba en la coreografía.
Tras un nuevo testimonio sobre la discriminación racial permitió al boricua tomar un respiro y volver con una camiseta sin mangas de color plomo para cantar Tu recuerdo. El momento romántico se extendió cuando el ex Menudo anunció que viajarían en el tiempo. “Voy a recordar un poco del comienzo de mi carrera como solista. Me gustaría que canten conmigo”. Su petición no tardó en cumplirse. Sus asistentes corearon cada canción del popurrí que propuso como El amor de mi vida, Fuego contra fuego y Te extraño.
Tras estas canciones el intérprete volvió con Frío y I’ am para retomar sus coreografías cargadas de sensualismo. Pero, estas fueron más allá, al ser un show más bien erótico. Uno en el que sus bailarinas, con látigos en mano y trajes provocativos, jugaban a ser sometidas por Ricky.
Lo mismo ocurrió cuando uno de sus bailarines con el torso desnudo le bailó de forma sexy. Eso bastó para que todos los bailarines y Ricky en un sofá amagaran tener un juego sexual. Luego de ese capítulo vinieron otras como Más, Pégate un poco más, La bomba y La Copa de la Vida, para la cual el artista se cubrió con la bandera de Ecuador. A las once y media, el show cargado de historias, música y sensualidad culminó con Lo mejor de mi vida eres tú.