Tecnología permite revivir a cantantes en escena, pero ¿vale la pena?
Whitney Houston, Billie Holiday y Elvis Presley pueden "revivir" en un escenario gracias a los hologramas y a una mejor y nueva tecnología, pero el apetito del público por la posibilidad de volver a ver "en vivo" a estas glorias del pasado todavía no está claro.
Todo comenzó el 15 de abril de 2012, cuando el rapero estadounidense Tupac se presentó en uno de los escenarios del festival de Coachella, en California, más de 15 años después de haber sido asesinado a balazos por un desconocido.
Dos años más tarde, fue Michael Jackson quien se convirtió en un "muerto viviente" durante la ceremonia de los Billboard Music Awards, los trofeos de la música de Estados Unidos.
Y en estos últimos meses las cosas se aceleraron.
A comienzos de septiembre, la empresa Hologram USA anunció el comienzo de una gira de Whitney Houston, fallecida en 2012, una serie de conciertos de Billie Holiday, fallecida en 1959, y espectáculos de humoristas estadounidenses ya desaparecidos.
En los casos de Tupac Shakur y Michael Jackson no se trataba de imágenes de archivo sino de imágenes virtuales creadas por computadora. La técnica de proyección, en cambio, tiene 150 años de antigüedad: una imagen proyectada sobre una pantalla transparente.
Desde principios de septiembre, la sociedad Hologram USA anunció una gira de Whitney Houston, fallecida en 2012, y espectáculos de Billie Holiday, muerto en 1959, así como de humoristas estadounidenses ya desaparecidos.
Cuatro salas estadounidenses ya dieron su acuerdo para acoger el espectáculo, entre ellas el célebre Apollo Theater de Harlem, en Nueva York, que también espera recibir a Billie Holiday, señaló el fundador de Hologram USA, Alki David.
Otra firma del país norteamericano, Pulse Evolution, prepara a su vez una comedia musical en torno a la historia de Elvis Presley, que estará presente en el escenario gracias a imágenes virtuales.
Sin embargo, todavía no está claro el interés del público en estas iniciativas.
Reinventar el karaoke
"¿Reunirse con personalidades que ya no están entre nosotros? ¿Por qué no? ¿Hay un negocio detrás de todo esto? Probablemente. Lo que me preocupa es hasta dónde puede llegar", más allá del interés que concite la propia proeza técnica, observa Reid Genauer, cantante, guitarrista y encargado de marketing de Magisto, una empresa que está desarrollando una aplicación para compartir películas.
"Pienso que hay un mercado para esto, pero será mucho más fuerte como instrumento pedagógico que bajo la forma de recitales", sostiene Jason Ross, un productor de vasta experiencia.
John Textor, presidente de Pulse Evolution, defiende que se busque ofrecer un espectáculo similar a un "show de Broadway", con bailarines y actores, pero considera que hay límites. "Cuando se llega a la tercera canción se acabó, la novedad técnica desaparece", dijo a la AFP.
Lo que más le interesa a Textor es la realidad virtual. La firma Digital Domain, que él mismo dirigió entre 2006 y 2012, se hizo un nombre en el cine y ganó varios premios Óscar, entre ellos por "El curioso caso de Benjamin Button" (2008).
Los diseñadores que pretenden crear un hombre virtual debieron enfrentarse durante mucho tiempo a una teoría según la cual a medida que el resultado se va acercando a la realidad el espectador se va concentrando en las imperfecciones, cada vez más molestas.
Textor piensa que esa barrera ya ha caído. Durante la primera parte de "Benjamin Button", dice, "el público pensaba que estaba viendo realmente a Brad Pitt" cuando se trataba de un rostro virtual, aplicado por computadora sobre un doble del actor.
"La tecnología que consiste en reproducir virtualmente a una persona desaparecida es atractiva, pero aquella que consiste en mostrarlo en un escenario no tiene interés alguno", apunta por su lado Paul Debevec, de la universidad de California del Sur (USC), considerado uno de los investigadores más avezados en los personajes virtuales.
John Textor maneja otros proyectos en este terreno. Uno de ellos es "reinventar el karaoke", con dúos entre personas reales y virtuales, y otro es ofrecer a cualquier persona la posibilidad de crear su doble virtual. (I)