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En Hungría desarrollan una contraseña digital que se activa al leer la palma de la mano

En Hungría desarrollan una contraseña digital que se activa al leer la palma de la mano
01 de enero de 2014 - 00:00

Tarjetas de banco sin códigos numéricos, sistemas de identificación de hinchas en las entradas de los estadios y ordenadores que solo se activan con sus dueños son algunas de las posibilidades que ofrece un nuevo sistema de identificación desarrollado en Hungría.

La clave: la lectura de los vasos sanguíneos de la palma de la mano como firma digital única.

La lectura de esos datos biométricos es posible gracias a la cooperación entre la empresa japonesa Fujitsu y la húngara AlbaSec, lo que permite identificar a las personas de forma segura.

El sistema, único en el mundo, reconoce cinco millones de puntos en el sistema circulatorio de la palma de la mano, en vez de los usuales 10 ó 50, que usan otras técnicas.

Un sensor de tres por tres centímetros es capaz de identificar esos millones de puntos con rayos infrarrojos en solo un segundo.

El sensor PalmSecure lo desarrolló Fujitsu, mientras que la compañía húngara desarrolló el software capaz de identificar los datos biométricos de un número ilimitado de personas gracias al patrón único de los vasos sanguíneos de su mano.

József Hermann, director de AlbaSec, explica a Efe que son "los únicos desarrolladores de software de las cuatro entidades elegidas por Fujitsu para trabajar con el código fuente del producto".

"Todos los documentos o tarjetas, pasaportes o carnés se pueden falsificar", explica al hablar sobre los motivos del proyecto.

La iniciativa partió de un desafío: encontrar un método para contar con una identificación digital en la playa, "donde uno se encuentra mojado y sin nada", relata.

"El reto fue ese: cómo identificar a alguien sin tener que llevar consigo tarjetas u otras cosas", afirma.

Desde hace ya mucho tiempo la identificación personal se enfrenta al reto de ser clara e inequívoca, hoy ya no basta una antigua foto y lo más obvio es utilizar la información que hay en los datos biométricos.

Pero las huellas dactilares, por ejemplo, resultaron ser muy poco seguras y fácilmente falsificables, indica, por lo que se buscaron otras soluciones como la identificación por la retina.

El problema es que todavía no se sabe con seguridad si estos rayos son o no dañinos para la vista, reconoce Hermann.

Este escáner de arterias tiene varias ventajas, ya que la mano no entra en contacto con el vidrio, por lo que tampoco deja huellas, que facilitarían la copia de la información.

El aparato, cuya instalación tiene un coste de unos 300 euros, genera un llamado "código hash", una información que no guarda en su memoria, sino que la transmite al sistema que descifra estos datos.

Así, desde el punto de vista del uso de los datos personales el sistema "es más que seguro", afirma Hermann, ya que ni ellos son capaces de descifrar el código biométrico, que además se borra del dispositivo después de su utilización.

"Las informaciones que genera el sistema no pueden ser usadas para identificar o descifrar ninguna condición del usuario", esto depende de otros sistemas con los que se comunica el aparato.

Así, el escáner podría ser utilizado en la identificación personal, como complemento a los pasaportes o como el mismo código numérico que se usa en los cajeros.

"Mi número secreto es mi propia mano" y nadie más puede usarlo, recalca Hermann.

Como el escáner también detecta la temperatura y la circulación de la sangre, el usuario debe estar presente en la identificación, lo que excluye la posibilidad de ser activado con una mano cortada.

El posible uso del sistema es muy amplio, ya que se podría instalar en la administración, para limitar el acceso a ordenadores, en medicina o combinado con otras bases de datos, hasta, por ejemplo, en el acceso a la zona de Schengen, de libre circulación dentro de la Unión Europea (UE).

Otra gran posibilidad de uso es en los estadios de fútbol para filtrar a los hinchas que tienen prohibida la entrada a los partidos por su comportamiento violento.

La empresa instalará el sistema en pocas semanas en la Universidad de Medicina de Budapest y es muy probable que también en un estadio de fútbol.

Estos sistemas servirán como referencia para la empresa, que está buscando mercados en todo el mundo para comercializar su innovador sistema de identificación. EFE

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