Samsung suspende la producción y venta del Note 7; un fiasco de $ 10.000 millones
Samsung reconoció ayer el fiasco del Galaxy Note 7 al suspender su producción, pedir a sus socios que dejen de vender este móvil de última generación y recomendar a los usuarios que lo apaguen por un riesgo de explosión.
El gigante surcoreano intenta limitar las repercusiones para su imagen del escándalo de las baterías explosivas, uno de sus mayores contratiempos comerciales, en un momento de competencia exacerbada.
Esta decisión fue saludada por la autoridad estadounidense de protección del consumidor, que advirtió contra los peligros de esta phablet, tal como se llaman los modelos a medio camino entre los teléfonos inteligentes y las tabletas.
El anuncio del primer fabricante mundial de smartphones precipitó su cotización bursátil, con una caída del 8% en Seúl.
El anuncio certifica la debacle del Galaxy Note 7, lanzado por anticipado en agosto por Samsung para intentar pisar los talones a su gran rival Apple.
Samsung se vio forzado a ordenar el 2 de septiembre un llamado a revisión mundial de 2,5 millones de unidades del Note 7, después de que algunos aparatos ardieran al estallar la batería durante la carga.
Desastrosa gestión de la crisis
La gestión de la crisis por Samsung también ha sido muy criticada, puesto que el grupo ha reconocido de forma implícita ayer, por primera vez, que los aparatos distribuidos para reemplazar los primeros millones de ejemplares vendidos también tenían problemas.
“La primera vez se puede pensar en un error. Pero se repite dos veces lo mismo en el mismo modelo y esto generará una considerable pérdida de confianza de los consumidores”, observó Greg Roh, de HMC Investment Securities.
“La razón de que los consumidores se inclinen por Apple o Samsung es la fiabilidad del producto. En esto, el daño en términos de imagen será inevitable y Samsung tendrá que emplearse a fondo para invertir la tendencia”.
Un día después de anunciar un “ajuste” en los volúmenes de producción del Note 7, para llevar a cabo una “profunda investigación” de estos incidentes, Samsung decidió ayer suspender la producción del modelo. “Al considerar prioritaria la seguridad del consumidor hemos tomado la decisión final de parar la producción del Galaxy Note 7”, indicó la compañía surcoreana en un comunicado. También pidió “a todos los operadores y minoristas que dejen de vender y cambiar el Galaxy Note 7”.
Samsung aconsejó también que todos los poseedores de este modelo original del Galaxy Note 7 o de un aparato reemplazado “apaguen y dejen de utilizar” su phablet.
La decisión de Samsung fue saludada por Elliot Kaye, patrón de la agencia estadounidense de seguridad del consumidor (CPSC), que aconsejó a su vez a los consumidores que apaguen sus aparatos.
“Nadie debería tener que inquietarse por el hecho de que un teléfono pueda poner en peligro a personas o bienes”, indicó en un texto.
Mientras tanto la autoridad estadounidense de aviación civil (FAA) emitió nuevas recomendaciones, pidiendo a todos los pasajeros dotados de un Note 7 de no encenderlo ni cargar su batería en vuelo, y tampoco guardarlo en su equipaje de bodega.
Costos multimillonarios
El domingo, el gigante estadounidense AT&T y su competidor alemán T-Mobile anunciaron que cesaban las operaciones con los Galaxy Note 7 a la espera de investigaciones suplementarias.
Linda Sui, especialista de telefonía móvil en Strategy Analytics, estima que este caso podría costar a Samsung $ 10.000 millones o más. El fracaso del Note 7 es más inquietante porque se produce en un momento crítico para el grupo, embarcado en una transición generacional complicada en su cúpula.
El video que superó los colmos
Horas antes del anuncio de Samsung, circuló en redes sociales un video que muestra a una empleada de un Burger King surcoreano intentando con guantes aislantes hacerse a duras penas con un Galaxy Note 7 humeante.
Este video ha sido visto más de un millón de veces en la plataforma YouTube. La pieza audiovisual fue filmada por un cliente de este Burger King de Incheon, al oeste de Seúl.
En él se ve un Galaxy Note 7 humeante, colocado en una mesa, cerca de una bandeja de comida preparada. Una empleada, que lleva grandes guantes de horno, tiene dificultades para tomar el aparato, que cae al suelo.
Finalmente consigue agarrarlo con ambas manos y llevárselo, dejando tras de sí una mesa ennegrecida por el calor.
Un portavoz de Samsung confirmó que el aparato era un Note 7. El propietario del restaurante declaró al sitio Wikitree que pediría una compensación a Samsung por la mesa dañada. El video se puede ver en la página goo.gl/VDsrWm. (I)