Carlos Rong, de 18 años, cogió su bicicleta este jueves y salió a 'cazar' pokémones. Se detuvo en el bulevar del parque La Carolina (norte de Quito), que es una de las 'pokeparadas' (lugares en donde la gente puede tomar pokébolas que le permiten a atrapar a los personajes de este videojuego que se hizo popular con una serie de televisión). Atrapó 15 personajes. "Hacemos deporte, no nos quedamos encerrados en la casa", justificó su afición, que le motivó a saltar, correr y moverse de un lado a otro para atraparlos por diferentes calles de la ciudad. 

Hoy, varios jóvenes buscaban competir con Ash (personaje de la serie que atrapa las pokébolas). Por ello fue común ver a jóvenes y adultos intentando atrapar con sus teléfonos inteligentes a estos personajes. Quito se convierte de a poco en Pueblo Paleta, el lugar en donde el personaje de la serie atrapaba las pokébolas.

Hasta el mediodía de este jueves, Rong atrapó 22 personajes, entre ellos los rattata. "El juego te cambia la instintiva de las cosas, no juegas sentado en una consola, sino que caminas y los buscas". Para Sebastián Espinosa, quien también jugó en La Carolina, lo mejor es encontrar a gente que le gusta el juego y compartir experiencias.

El juego permite que los fanáticos coleccionen a los pokémones. La realidad virtual les ayuda, ya que estos personajes se encuentran en plazas, parques y monumentos de las ciudades; es decir,  son parte del entorno del jugador y se visualizan —mediante el teléfono móvil— con el movimiento físico que el jugador realiza. 

Greann Cazorla jugó con su madre, María Abril. "El juego me parece interesante", dijo. Se enteró de que salió la aplicación para Latinoamérica, incluido el Ecuador, por una publicación de un youtuber y no dudó en descargarla. "Lo más difícil es llegar al gimnasio", dijo. En este lugar,  los personajes —que logra el jugador hasta ese momento— compiten. "Es un juego divertido. Te incita a caminar".

Para poder atrapar a los pokémones, cada fanático debe atrapar pokébolas. Estas se consiguen en las pokeparadas (sitios emblemáticos de las ciudades). Al atrapar cada pokemón, el jugador usa las bolas. Por ello continuamente debe recargarlas en parques o plazas de la ciudad (pokeparadas). 

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Para su madre, María Abril, el juego es diversión en familia. Juntos atraparon 10 pokémones. "Me parece muy emocionante, vamos a seguir buscándolos, aparte de buscar a los personajes salgo a caminar con mi hijo".

No fueron los únicos. Darwin Poveda (25 años) buscó un espacio para jugar en medio del receso de sus clases en la Universidad Salesiana. El muro de este lugar se convirtió en una pokeparada, en donde más de uno de los jóvenes se detuvo a jugar. Se descargó en la noche del miércoles y dijo "qué chévere".

A su criterio, lo mejor es ahora encontrar a pokémones que marcaron su infancia. "Seguiré el juego hasta el final. Es el sueño cumplido de uno, encontrar un pokemón y ponernos a luchar. Es una fantasía que todos hemos tenido desde la infancia".

Carlos Cuvi se considera fan desde niño. Llegó hasta la Plaza de la Independencia (Centro Histórico de Quito) atrapando a los personajes desde su casa en el sector de Cuscungo (sur de Quito). Salió de su casa a las 08:00 y atrapó 15 pokémones hasta el mediodía. "Era muy sedentario y ahora con este juego camino mucho".

En monumentos, plazas y parques emblemáticos de la capital como la plaza de la Independencia, la Catedral, la Basílica, la Circasiana, la plaza Foch, parques La Carolina y Bicentenario, así como en universidades, entre otros, se pudo cazar a los personajes.

¿Es difícil el juego? Cuvi responde al estilo Pokémon: "Ash tenía sus rivales en el propio juego y él dijo que jamás ser un maestro Pokémon iba a ser fácil", señaló. Estos jugadores prometen que llegarán hasta el final. (I)