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¿Qué pasa cuando el jefe es un robot?

¿Qué pasa cuando el jefe es un robot?
05 de enero de 2014 - 00:00

Los inventores del aspirador robótico “Roomba”, de uso doméstico, desembarcan en las oficinas con un autómata que se desplaza a una velocidad de un metro por segundo y permite que un jefe se intercomunique con sus subordinados y, de paso, eche una mirada a su alrededor para ver cómo trabajan.

Algunos mal pensados, o quizá preocupados porque no se descubran sus holgazanerías o falta de productividad, afirman que con el apodado como ‘Robotjefe’ (‘Roboboss’, en inglés) ya no habrá en las oficinas ningún lugar donde esconderse de las escrutadoras miradas de los superiores jerárquicos.

Sin embargo, para sus fabricantes, el robot Ava500 traerá numerosos beneficios en las relacionales y dinámicas laborales, y posibilitará un nuevo nivel de colaboración entre quienes trabajan en los entornos de oficina y otras instalaciones.

Sea como sea, el Ava500, que se lanzará al mercado en los próximos meses, no solo marca un nuevo hito en la confluencia de las tecnologías de la robótica y la teleconferencia (conversaciones a distancia mediante medios electrónicos) plasmada en los ‘robots de telepresencia’, sino que además puede revolucionar las formas de liderar, trabajar y relacionarse en los entornos laborales.

El nuevo autómata dispone de sensores para desplazarse evitando y rodeando los obstáculos que encuentra en su camino. A partir de allí el ‘roboboss’ casi puede compararse con un jefe de carne y hueso.

La frase de  “que solo le hace falta hablar para ser una persona” queda fuera de contexto con este robot, porque en la práctica, puede hacerlo gracias a que lleva incorporado un sistema de ‘telepresencia’ desarrollado por la compañía Cisco, que permite la comunicación en ambos sentidos a través de la parte superior (o cabeza) del robot.

Según explica Charlie Vaida, gerente de Relaciones Públicas de iRobot, “este prototipo permite la libertad de movimiento y el acceso ‘a distancia’ a la formación empresarial, las inspecciones de fábricas, plantas de producción, laboratorios y centro de análisis”.

Con respecto a la globalización de los trabajos, “el Ava500 permite al usuario estar más presente, desde cualquier parte del mundo y de forma personal, en un determinado entorno de trabajo, y además ofrece un nivel muy natural de interacción humano-robot”, indica Vaida.

El Ava500 ha sido diseñado para que aprenda el mapa de una oficina, y un jefe puede comandarlo mediante una aplicación (app) informática, desde una tableta electrónica, para que se dirija al espacio laboral de sus empleados o colegas.

Una vez en su lugar de destino, el robot utiliza una videocámara y un monitor, unos altavoces y un micrófono, para vehiculizar una conversación entre el jefe y sus pares o subordinados, mientras ambos se miran cara a cara y, de paso, el primero pueda observar lo que sucede en esa zona de la oficina.

“El robot se mueve en todas las direcciones al igual que lo hace un ser humano, mientras que el sistema de ‘telepresencia’ permite un excelente vídeo de alta definición y un audio de calidad, por lo que las comunicaciones son claras y nítidas”, señala el experto.

Está diseñado para sostener reuniones y conferencias a distancia con un ‘cuerpo’ con aspecto de pedestal, de alrededor de 1,60 metros (aunque su altura puede ajustarse), el cual se desplaza sobre un cadenado de tres ruedas.

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