Los Geeks miran al Campus Party como una catapulta empresarial

Redacción Actualidad

A Cristián Ramírez y Miguel Jumbo, ambos de 23 años, no les importó viajar por más de 10 horas desde Loja para presentar sus proyectos en la quinta edición del Campus Party,  que se realizará hasta el domingo en el Centro de Exposiciones Mitad del Mundo (Cemexpo).

Los jóvenes son egresados de Ingeniería Electrónica yTelecomunicaciones  de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) y trajeron  un vehículo aéreo no tripulado (dron), ensamblado por ellos mismos, para realizar algunas pruebas. “La mayoría de partes son de código abierto (open source), se le puede añadir o quitar módulos dependiendo de nuestros requerimientos”, dijo Ramírez, quien fue invitado este año a realizar una ponencia sobre prótesis robóticas de bajo costo, proyecto que expuso en el Campus Party 2013.          

El dron, que trajeron para esta edición, segundo prototipo que montaron, fue bautizado como Raptor. Es un modelo más pequeño que el primero que ensamblaron hace 6 meses. A diferencia de este, el aparato, además de hacer fotografía aérea, realiza un levantamiento fotogramétrico; es decir, escanea a una superficie en tercera dimensión.

Raptor es parte de un proyecto más grande, que sus creadores bautizaron como KEA, en donde no solo participan Jumbo y Ramírez, sino 3 amigos más, con el objetivo de crear  más innovaciones. Uno de ellos es la fabricación de drones para la seguridad ciudadana y agricultura.

Al inicio pensaron en fabricar los artefactos, pero se dieron cuenta de que los costos eran elevados, por ello compraron  algunas de las partes y “las armamos según nuestros requerimientos”.

El ensamblaje de Raptor les costó $ 900 y piensan ponerlo a prueba en grandes superficies de terreno para ayudar a los agricultores a vigilar sus cultivos.

Fabricación nacional de drones

En cambio, Paúl Mosquera (20 años) y Marcelo Ayala, de Quito, apuestan por la fabricación nacional de los artefactos. Fundaron la empresa Venti Aero Drone y hasta ahora el  45%  de drones son fabricados por ellos, gracias a la ayuda de  impresoras en 3 dimensiones (3D). Para ello usan un material llamado poliácido láctico (PLA), que es como una especie de fibra plástica para las impresoras 3D, que les permite diseñar cada pieza, según sus necesidades.    

Mosquera indicó que los drones son  totalmente autónomos y usan un sistema de posicionamiento global (GPS), además de acelerómetros, para conocer su posición.

Estos artefactos se pueden guiar, a través de rutas que se definen en los teléfonos inteligentes.  Han realizado pruebas desde el cerro Ilaló en condiciones extremas.

“Es muy estable y la filmación es perfecta”, dijo Mosquera, quien añadió que cada dron cuesta $ 700. (I)