Los carros inteligentes reducirán los accidentes de tránsito
Los accidentes automovilísticos son una de las causas más habituales de mortalidad en el mundo. A pesar de que los vehículos modernos tienen más seguridades que antaño, ha sido imposible remediar las fallas humanas que producen estos percances.
Actualmente, existen alarmas para alertar a los conductores somnolientos. Asientos que emiten vibraciones para el mismo cometido o sensores que alertan al usuario de que se está acercando demasiado a otro automotor.
Estas opciones han ayudado a los conductores, pero no han sido una alternativa 100% eficiente.
Hace poco más de 10 años, varios expertos en el sector automotriz, decidieron idear una forma de garantizar una experiencia "inteligente" en cuanto a seguridad sin tener que depender de las reacciones humanas.
A través de las siglas V2V (Vehicle to Vehicle: Vehículo a Vehículo) y C2C (Car to Car: Carro a Carro), V2I o C2I, por (Vehicle To Infraestructure: Vehículo a Infraestructura) o Car To Infraestructure (Carro a Infraestructura), los expertos investigaron un sistema de comunicaciones inalámbricas de corto alcance, parecido al WiFi, para que los usuarios se entiendan, y con un alcance que pudiera tener un tope de 1.000 metros.
Esta tecnología, que se está investigando en Estados Unidos, Europa y Japón, también responde a otras siglas; DSRC, por Dedicated Short-Range Communications (Comunicaciones Dedicadas de Corto Alcance).
En esta aplicaición se usa una banda de los 5,8 o 5,9 GHz, con un ancho de banda de alrededor de los 75 MHz. Es decir, se habla de una red Ad Hoc, que se forma conectándose un carro a otro y ese a otro, y a otro, y así sucesivamente.
Esto también se puede complementar con una conexión a internet móvil de alta velocidad (LTE 4G) para recibir otros datos como información meteorológica, por ejemplo y tener más fiabilidad en otros aspectos como el clima, que interviene directamente en la seguridad del automotor.
Por el momento, se está probando con condiciones reales en Alemania. Sin embargo, por una cuestión de frecuencias, no son directamente compatibles los sistemas de una región con los de otra, (Estados Unidos y Europa, por ejemplo) aunque no es un impedimento sin solución.
Las aplicaciones reales de esta tecnología
Las autoridades de seguridad del tráfico, los fabricantes de componentes y electrónica y los fabricantes de automóviles consideran que estos sistemas pueden aportar grandes ventajas de seguridad a la hora de conducir..
Los datos que se envían estos sistemas por ahora no son muchosñ. Actualmente se habla de de la posición exacta del vehículo, de la velocidad y de la trayectoria, aunque podría ampliarse a más datos.
Así, un carro, equipado con un módulo GPS de localización, para precisar mejor su posición, estaría comunicándose con el resto de vehículos que están cerca suyo dónde está, hacia dónde se está moviendo y a qué velocidad, y de la misma manera estaría recibiendo esos datos del resto de vehículos.
Además de esta información, el carro equipa un sistema de procesamiento para poder filtrar las mejores decisiones a la hora de determinar qué es más seguro para el conductor. El objetivo es que el usuario ya no conduzca solo, ni dependa exclusivamente de sí mismo y de lo que ve, y que además se puedan evitar las distracciones o la falta de visibilidad, por ejemplo.
Es decir que cuando el usuario conduce el vehículo y se acerca a un cruce con una visibilidad reducida, aunque el usuario no alcance a verlo, el vehículo ha recibido ya la señal de otro automotor que se acerca por la derecha, por ejemplo, la computadora del sistema ha calculado que las trayectorias se cruzarán y que hay un potencial peligro, y notificará con un mensaje en el cuadro de instrumentos advertiendo al conductor del mismo.
Otro uso que tendría este sistema sería para advertir de un carro que esté averiado y detenido. El sistema indicaría que un carro está frenando, no por acción del hombre, sino por avería adelantando un posible impacto.
Asimismo, se piensa en notificaciones para alertaral conductror del "punto ciego" de los espejos retrovisores y evitar un posible accidente.
Es a esto lo que se llamaría un vehículo inteligente.
Otro uso, aun más integral, se daría con los peatones. Los responsables de estos sistemas de seguridad han pensado en una forma de que los transeúntes se comuniquen con los vehículos a través de wearables y de sus dispositivos móviles.
Esto es, sensores en ropa, accesorios (relojes, pulseras) o smartphones que pudieran "reaccionar" a las señales de los vehículos y alertar a los peatones de posibles accidentes al cruzar la calle o transitar por avenidas bastantes concurridas.
Los vehículos se comunicarán con "infraestructuras inteligentes"
Así como habrá comunicaciones inalámbricas entre los vehículos, las habrá con los elementos de la infraesctructura. Por ejemplo con los semáforos, para saber cuándo se van a poner en rojo, y el usuario no seguir acelerando más de la cuenta, o cuándo se van a poner en verde, para no frenar demasiado, y también para saber si hay una retención de tráfico más adelante, para advertir al conductor de que entra en una calle en sentido contrario, o para recibir en el vehículo el límite de velocidad máxima real de ese tramo.
De esta manera con la información que maneja el procesador del sistema V2V del coche, este puede llegar a reaccionar automáticamente si el conductor no lo hace: por ejemplo en el cruce podría llegar a frenar por sí mismo, para evitar el accidente con ese coche que viene, o en autopista el control de velocidad tomaría directamente la velocidad de cada tramo automáticamente.
Si se conoce en tiempo real cómo está la situación del tráfico en cada lugar, el gestor del tráfico puede enviar cierta información a cada coche para intentar gestionar mejor la circulación, por ejemplo puede indicar que se tome una ruta alternativa para evitar sobrecongestionar aún más cierta entrada de la ciudad.
Todo esto se viene a conocer como ITS, por Intelligent Transportation Systems, sistemas inteligentes de transporte.
Se calcula que si todos los vehículos que circulan por las calles y carreteras tuvieran un sistema V2V y V2I se podrían reducir los accidentes y colisiones entre un 50 y un 75%. En Estados Unidos por ejemplo se estima que se podrían evitar unas 600.000 colisiones al año.
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