Diseñadores trabajan en sistemas que permitan parquear en zonas difíciles
La tecnología se acomoda entre el auto y el chofer (Galería)
Los gadgets de alta tecnología que te ayudan a evitar a un peatón imprudente en plena calle, a hacer un aparcamiento perfecto o saber los kilómetros que has recorrido en tu smartphone compiten en el Salón Mundial del Auto en París.
Los fabricantes presentes en el salón, que estará abierto al público desde este sábado hasta el 19 de octubre, parece que se han embarcado en una carrera para ver quién ofrece más equipos tipo James Bond con el doble objetivo de reducir los riesgos de la conducción y descargar al automovilista de un máximo de tareas.
“Llegamos a un punto en que todas estas altas tecnologías juntas van hacia vehículos capaces de una conducción cada vez más automatizada”, confirma Ian Fletcher, analista de IHS Automotive.
En uno de los estands, Volvo presenta la última versión de su XC90 lleno de sensores y pantallas previstos para facilitarle la vida al conductor.
“Es quizá el coche más seguro de la tierra en este momento”, dice Dennis Nobelius, director del proyecto XC90, al mostrar un dispositivo en el parabrisas que le permite al vehículo detectar un peatón y evitar atropellarlo.
¿Menos accidentes a la vista?
Hace ya años que los fabricantes tratan de pergeñar sistemas anticolisión con peatones o animales, que son los más difíciles de ver ya que pueden realizar cambios de dirección súbitos.
Ford propone también un sistema-vivienda, basado en cámaras integradas y radares para detectar peatones y un algoritmo muy sofisticado que calcula la probabilidad de que cruce en la trayectoria del coche.
Si todo indica que el auto se dirige inexorablemente hacia el peatón imprudente, se envía rápidamente una señal sonora y visual al conductor. Y si el conductor la ignora o no la ve, el vehículo frena automáticamente.
“La industria automovilística trata de reducir los accidentes al mínimo y los gobiernos también maniobran en esta dirección”, dice Thomas Lukaszewicz, jefe de investigación sobre ‘seguridad activa’ de Ford Europa.
Los centros de pruebas independientes ya no se contentan con detectar si el coche tiene una buena resistencia a los choques o si sus equipos de seguridad tipo ABS (antibloqueo de las ruedas) o airbags son eficaces. Ahora buscan la seguridad activa, es decir, todos los dispositivos que le permitan al conductor evitar un accidente.
El Volvo XC90 tiene sensores en la parte trasera que ven llegar un vehículo demasiado rápido y accionan los faros posteriores para alertar al automovilista al tiempo que tensan el cinturón de seguridad para limitar la onda de choque. Los asientos también están dotados de un sistema que les hace inclinarse hacia atrás para evitar el golpe en la nuca en caso de impacto.
¿Todo el mundo puede servirse?
Las tecnologías de último grito no solo afectan a la seguridad. El francés PSA Peugeot Citroen se prepara a lanzar un conjunto de servicios que prevé el envío automático de datos así como el número de kilómetros recorridos al smartphone del automovilista.
Pronto se podrá también escanear con el smartphone una pieza del auto que necesite ser reparada y recibir instrucciones para resolver el problema, evitando tener que ir al taller cada vez que haya una pequeña avería.
Desde 2003, PSA ha dotado muchos de sus modelos con un sistema de geolocalización que permite el envío automático de socorro en caso de accidente en Francia y en toda Europa, desde el momento en que un airbag o el sistema tensor del cinturón se activan.
Otro sistema de última tecnología que ya está en marcha aunque en fase de perfeccionamiento es la asistencia para aparcar en lugares difíciles.