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La jaqueca para Samsung no cesa por su 'phablet' Galaxy Note 7

El Galaxy Note 7 salió a la venta a inicios de septiembre, en 10 países alrededor del mundo.
El Galaxy Note 7 salió a la venta a inicios de septiembre, en 10 países alrededor del mundo.
Foto: AFP
11 de octubre de 2016 - 00:00 - AFP

La crisis sigue rondando a la empresa surcoreana Samsung Electronics, que anunció ayer un “ajuste de volúmenes de producción” de su flamante teléfono Galaxy Note 7, llamado a revisión debido a riesgos de explosión.

El primer fabricante mundial de ‘smartphones’ pasa por tiempos difíciles desde que el 2 de septiembre, unas semanas después del lanzamiento anticipado del Galaxy Note 7, suspendiera las ventas de esta ‘phablet’ (híbrido de teléfono y tableta) y llamara a revisión 2,5 millones de unidades vendidas en diez países después de que se descubriera que, en algunos casos, las baterías defectuosas podían explotar.

La operación parecía llevarse a cabo correctamente hasta que nuevos incidentes fueron detectados en aparatos Galaxy Note 7 que incluso ya habían sido reemplazados.
El domingo, el gigante estadounidense de telecomunicaciones AT&T y su competidor alemán T-Mobile anunciaron que cesaban las operaciones con los Galaxy Note 7 a la espera de investigaciones suplementarias.

AT&T es el tercer mayor cliente de Samsung, y T-Mobile, el cuarto.

Ello provocó que la acción de Samsung llegara a perder en la mañana de ayer hasta 4% en la bolsa de Seúl, aunque terminó la sesión con un retroceso de 1,52%.

Además, según la agencia de noticias  Yonhap, que cita como fuente al responsable de un proveedor del gigante surcoreano, Samsung habría suspendido temporalmente la producción del Galaxy Note 7.

Esta decisión fue adoptada en coordinación con las autoridades de protección del consumidor de Corea del Sur, Estados Unidos y China, indicó la fuente que requirió el anonimato a la agencia Yonhap.

Pero Samsung intentaba este lunes por la tarde aclarar la situación de su producto.

La humillación suprema

“Estamos tratando de ajustar los volúmenes de producción para mejorar el control de calidad y permitir investigaciones más profundas tras los recientes estallidos del Galaxy Note 7”, indicó el grupo en un comunicado.

Las imágenes de teléfonos carbonizados han inundado las redes sociales de todo el mundo en las últimas semanas, una humillación suprema para un grupo que se vanagloria de ser el campeón de la innovación y la calidad.

Y de paso los incidentes repetidos en aparatos ya reemplazados han agravado aún más la situación de Samsung.

La crisis se produce en un momento que no podía ser peor. Tras los años excepcionales de 2012-2013, Samsung empezó a padecer la competencia del estadounidense Apple para la gama alta y de los grupos chinos para la gama baja.

Y el grupo surcoreano contaba con este modelo para sostener su crecimiento hasta fin de año, en un mercado cada vez más competitivo.

Los analistas del ramo consideran que el coste de esta convocatoria a revisión oscila entre 1.000 y 2.000 millones de dólares.

“Es de nuevo algo muy grave” declaró S.R. Kwon, analista de Dongbu Securities. “Podrían llegar a retirar el Note 7 del mercado. Lo más inquietante es que las cosas no se quedarían ahí”.

“Esto va a dañar la imagen de marca de Samsung y penalizará las ventas de otros smartphones Galaxy”, auguró.

La controversia del Note 7 se produce además en un momento crítico para el grupo, ahora en plena transición generacional en su dirección.

No obstante, pese a esta crisis, Samsung Electronics apostó el viernes pasado por un alza de su beneficio operativo en el tercer trimestre superior a las expectativas de los analistas. (I)

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