El acceso a estas redes se da a través de buscadores diferentes
La deep web: droga, pederastia y sicariato
Venta de drogas, tráfico de órganos y, sobre todo, pederastia. Estos son los ‘trending topics’ del mundo de la internet profunda, un mercado negro en el que se puede comprar y vender de todo y donde los pederastas, amparados por el anonimato, cuelgan guías sobre cómo conseguir sexo con menores en otros países.
El lado más perverso del ser humano tiene su sitio en la ‘dark net’, una parte de la ‘deep web’ o de la internet profunda, a la que los simples usuarios no pueden acceder por Google o Yahoo.
El 4% sería la parte de internet que está al acceso libre de los usuarios. El resto es de ingreso complicado y cifrado.
Es necesario un buscador diferente: TOR (The Onion Router), que nació en el Laboratorio de Investigación Naval de EE.UU. como una forma de crear comunicaciones seguras para los militares.
La internet bien se puede comparar con la punta de un iceberg que sobresale de la superficie del océano. La mayor parte de la información está en la parte ‘submarina’y los buscadores convencionales no la hallan. Este ‘espacio perdido’ es la internet profunda o ‘deep web’.
En una entrevista con EFE, el editor del blog SecurityByDefault, Yago Jesús, ha indicado que TOR está estructurado en nodos o capas (su símbolo es una cebolla roja), de forma que el usuario va saltando de una a otra, amparado por una capa de cifrado que impide que el servidor de destino conozca su IP.
El comandante Óscar de la Cruz, jefe del Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil española, reconoció que eso complica las investigaciones, aunque sí puede localizarse el nodo por donde sale el usuario.
Venta de drogas o armas y asesinos que se ofrecen para ser contratados son algunos de los temas estrella de la ‘deep web’ que, según De la Cruz, “se ha convertido, por desgracia, en un nicho de distribución de pornografía infantil”.
La mayoría de las veces, los ‘fabulosos’ anuncios resultan
ser estafas que no
son denunciadas.
4% sería la parte de internet que está al acceso libre de los usuarios. El resto es de ingreso complicado y cifrado.En este sentido, el comandante ha explicado que esta parte oscura de internet esconde foros y comunidades, donde los pedófilos sociabilizan y llegan a pensar: “si hay cientos o miles de personas a las que les pasa lo mismo que a mí, que le gustan los niños, pues entonces no es tan malo como parece”.
Yago Jesús ha apuntado que este vínculo empático se ve reforzado por el anonimato de estas webs, donde se pueden leer cosas muy fuertes, como por ejemplo guías muy detalladas de cómo obtener un menor en Vietnam, igual que si buscaras una guía de cómo instalar un software en tu PC.
Esta misma socialización para cometer actos extraños y amorales se produce en los foros de autolesiones, que De la Cruz ha comparado con las páginas donde se promueve la bulimia o la anorexia, y en las que se dan consejos de cómo evitar que los familiares detecten la enfermedad.
Además de pornografía infantil, la ‘deep web’ aloja un ‘e-Bay’ de corrupción, drogas y armas, que se venden como si se tratara de una tienda de zapatillas, según palabras de Yago Jesús. “Tienes tus armas, los calibres, las balas, el tipo de munición que necesitas, el tipo de arma y tú la compras tranquilamente”, añadió.
Los usuarios realizan el pago con bitcoins -una moneda electrónica anónima- y como clientes, si han recibido un buen trato y el arma estaba bien o la droga es de alta calidad, pueden puntuar al vendedor y el que viene detrás ve la calidad del producto, que suele ilustrarse con fotografías.
A pesar de la variedad de anuncios, De la Cruz ha advertido que la mayoría de las veces son estafas, especialmente los anuncios de tráfico de órganos. “Se aprovechan de que un ciudadano está demandando un servicio que es ilegal y que, por eso, no lo denunciará a ningún sitio”, explicó el especialista.
El comandante también ha destacado que TOR es solo una vía más para los pedófilos que utilizan correos cifrados o redes privadas virtuales (VPN), que no obstante la Policía Judicial suele seguir porque “toda comunicación deja rastro para ser hallado”.