Krysaor mantiene vivo el sueño espacial ecuatoriano
El segundo satélite ecuatoriano será lanzado la madrugada de mañana desde el área de misiles de la base Dombarovsky en Yasny, Rusia, en un intento de continuar la misión del proyecto Pegaso, que en abril pasado comenzó con el lanzamiento de un nanosatélite con el mismo nombre, pero que tuvo un serio revés luego de que el primer satélite ecuatoriano se saliera de órbita.
“Llevaremos la tricolor ecuatoriana muy, muy alto, exactamente a 82 veces la altura del Everest”. Ronnie Nader, director de EXA en su cuenta de Twitter @Ronnie_Nader
La nueva nave, que lleva por nombre Krysaor, despegará a las 02:10 (hora de Ecuador), junto con otras 24 naves más de 14 países diferentes de similar arquitectura. El nanosatélite sudamericano será controlado en tierra desde la Agencia Espacial Ecuatoriana (EXA), en las instalaciones del ECU-911, ubicado en Samborondón.
El NEE-002 Krysaor cumplirá con varias de las misiones que no pudo completar su hermano gemelo Pegaso debido a una colisión en mayo pasado con la etapa superior de los restos de un cohete ruso de nombre Tsyklon-3, que cambió la órbita del primer satélite ecuatoriano, dejándolo en un giro descontrolado sobre dos de sus ejes. Pegaso, a pesar de que no está seriamente dañado, no tiene la capacidad para recobrar por sí solo su posición orbital para poder transmitir información a la Tierra.
Sin embargo, Krysaor marcará una diferencia con respecto a Pegaso. El nuevo nanosatélite ecuatoriano no transmitirá constantemente como lo hacía su ‘gemelo’, lo cual afectaba a su sistema de baterías EPS (Electronic Power Shift, por sus siglas en inglés). Krysaor ahora operará con el concepto de ‘área coverage’, es decir que estará en modo ‘standby’ siempre, con un consumo mínimo de energía y solo realizará sus operaciones espaciales cuando la estación terrestre de la EXA, Hermes/Minotauro, use el código de activación. El resto del tiempo, Krysaor se encontrará cargando sus baterías.
En cuanto a las defensas, Krysaor estará más equipado contra las amenazas espaciales. La nave probará la tecnología de escudos antirradiación solar ‘Nemea’. Este escudo protege a la nave de las radiaciones alfa, beta y gamma. Además, sirve como un amortiguador ante la colisión de micrometeoritos, como los que impactaron Pegaso en mayo pasado.
En el apartado de conectividad, Pegaso transmitía la información en código Morse, mientras que Krysaor usará modos de transmisión de alta velocidad. Esto quiere decir, según sus creadores, que la segunda nave transmitirá la información a una velocidad 1.000 veces superior con respecto a Pegaso.
Tras el lanzamiento de Krysaor, EXA prevé que pasarán entre 30 y 40 días para poder operarlo, ya que debe ser localizado por el Comando Espacial de Estados Unidos, que es el organismo que rastrea los objetos en el espacio y asigna las órbitas finales. Con estas estimaciones se esperan que las primeras imágenes lleguen a la Tierra en enero de 2014.
En el proyecto Pegaso hubo una inversión estatal cerca a los 700 mil dólares y otra privada, entre la que se incluyó la de la propia agencia espacial, de 80 mil que cubrió los lanzamientos, pruebas y aseguradoras de los dos satélites.
EXA pudo cobrar, en septiembre anterior, el seguro que tenía el primer nanosatélite Pegaso que colisionó en mayo pasado.