Para varias personas contar con casa o un negocio propio es el sueño de su vida. Katherine Guim fue una de ellas y ahora esta emprendedora de 30 años forma parte de las estadísticas de jóvenes que sueñan con alcanzar el éxito en el mundo empresarial.

Oveja Store es la tienda de ropa y calzado femenino que Guim inició hace casi dos años. Instagram fue su vitrina principal para mostrar y ofertar sus productos, consiguiendo una cartera importante de clientes que, con el pasar de los meses, se fue multiplicando.

“Instagram me abrió puertas. Subía las fotos de mis productos, la gente me seguía y comenzaban los pedidos. Fue importante tener ese contacto directo  porque así despejaba cualquier duda sobre los precios, tallas o texturas de cada prenda de la tienda”.

Sin embargo llegó un punto en que los nuevos clientes necesitaban algo más que una tienda virtual.

Y fue así como Oveja Store inauguró su tienda física para que sus clientes puedan ver y probarse la ropa y accesorios antes de comprarlos.

“No es que Instagram no haya sido suficiente. Lo que pasa es que los nuevos clientes sentían la necesidad de que haya una tienda física como un respaldo y es comprensible. Muchos tenían dudas y pensaban que podían ser estafados”.

La apertura reciente de la tienda física no quiere decir que ya no tendrá presencia en línea. Al contrario, la emprendedora afirma que Instagram sigue siendo la vitrina más importante de su modelo de negocio y espera seguir llegando a más personas a través de esta aplicación. “Realmente ha sido mi gran aliada en este proceso. Gracias a esta aplicación me di a conocer y sigo vendiendo”.

Este es el ejemplo de cómo ciertas redes sociales se han convertido en el canal de acceso al público, comenta Ligia Alvear, empresaria y consultora de negocios en línea.

“Instagram resulta muy atractiva para los emprendedores porque es gratuita y porque es una plataforma que se ha convertido en algo similar a una página web. Es decir, ahí puedes poner todo tipo de contenido, uno que hable de quién eres, de por qué haces lo que haces, cómo vendes y por qué lo vendes. Yo siempre he dicho que Instagram es una revista digital que, al ser gratuita, permite a cualquier persona estar ahí”.

Para esta empresaria ese es el verdadero sentir de las redes sociales porque han hecho que las empresas estén en la palestra digital y ser capaces de generar tráfico.

“Las redes sociales primero deben cautivar a las personas para que visiten nuestro perfil, después que se conviertan en nuestro seguidor y finalmente en un cliente”.

Pero cómo convertimos a nuestros seguidores en clientes. La experta aconseja utilizar tres pasos claves, una estrategia casi infalible.

El primer paso es paquetizar nuestro producto, es decir, ofrecer el producto, bien o servicio de forma fácil y explicarle al público por qué lo necesita. En segundo lugar es tener claro quién es el cliente que necesita nuestro producto, bien o servicio, es decir, conocer su perfil, qué hace, qué no hace, qué cuentas sigue, qué formatos le gusta ver en redes (imágenes, videos, etc.).

“Una vez que conocemos al cliente, podemos hacer estrategias. Una puede ser orgánica, es decir, que no necesita ninguna inversión de pauta publicitaria (marketing de contenido) y la otra, desde luego es haciendo la pauta publicitaria que nos permite llegar a una audiencia grande”.

Pero ¿se puede mantener un negocio exclusivamente con el apoyo de una red social determinada? Alvear enfatiza que no, que para iniciar está bien utilizar Instagram en etapa inicial, porque después “solitos nos vamos a dar cuenta de que existen otras redes sociales que son importantes. Hay que hacer estrategias de multicanalidad en diferentes redes sociales, especialmente que cada una tiene un público diferente”.

Y así como es importante conocer cuáles otras redes sociales nos permiten contacto con el público, también lo es definir qué se quiere transmitir en ellas.

Santiago Naranjo, director creativo y de estrategia publicitaria de la agencia Re-Creativa, explica que cuando se usan las redes sociales con fines comerciales, estas deben ser exclusivamente para ese propósito.

Sin embargo, todo dependerá de lo que queramos mostrar. Por ejemplo, dice que los influencers son personas que publican un estilo de vida y en cada imagen están publicitando un producto, bien o servicio.

“Hay personas que se creen filósofos en las redes. Otros casos en que existe una forma de narcisismo que no logro entender, por ejemplo: cuando alguien sube una foto en la playa, mirando el horizonte, en tanga y se manda una frase sacada de Gandhi. Eso genera un poco de ruido porque no tiene sentido, texto, mensaje e imagen. Cuando conviertes tu Instagram en una especie de catálogo, definitivamente puedes a llegar a tener una cartera de clientes con los que puedes generar más negocios. El consejo siempre será: si usas tu cuenta para un fin empresarial, todo lo que subas debe ser empresarial”.

Pensar en lo tradicional
Andrés Zerega, experto en mercados de industrias culturales y creativas, publicidad y comunicación, agrega que para lograr impacto en el consumidor final no bastan las redes sociales, ya que cuando se usa solo esta vía, el impacto está focalizado y dirigido a un solo sector. “Es por ello que toda empresa debe trabajar primero en la segmentación de su público. Luego de ello determinar cómo vamos a llegar a ese objetivo y a través de qué medio. Yo creo que las redes sociales son muy importantes para hacerse conocer, pero siguen siendo un canal específico para determinado público. Los medios tradicionales como una cuña radial, comercial de televisión o pauta en un periódico y revistas es la manera de llegar a una audiencia mucho más amplia. Esta también se puede llevar a las redes”. (I)