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Impresoras 3D ayudaron en reconstrucción facial

Fotografía que muestra el molde craneal que se realizó previamente para  implantar las partes hechas con impresora.  Foto: Internet
Fotografía que muestra el molde craneal que se realizó previamente para implantar las partes hechas con impresora. Foto: Internet
15 de marzo de 2014 - 00:00

Un británico cuyo rostro quedó gravemente dañado en un accidente de moto fue sometido a una operación de reconstrucción facial usando partes hechas con una impresora en tres dimensiones.
Se considera que Stephen Power, de Cardiff, Gales, es el primer paciente del mundo que fue  operado usando tecnología.

El hombre de 29 años sufrió graves heridas en un accidente de moto  en septiembre de 2012. Aunque llevaba casco, se rompió la mandíbula superior, la nariz, los pómulos y se fracturó el cráneo.
Tras pasar cuatro meses en el hospital en su propia localidad salió con el rostro parcialmente desfigurado, que ocultaba con sombreros y gafas de sol.

Para devolverle su aspecto de siempre, primero se creó un modelo tres dimensiones del cráneo de Power tal como era antes del accidente.

Se seleccionaron las partes por  sustituir y se imprimieron en 3D.
Luego se le implantaron en una operación que duró ocho horas y tuvo lugar en el hospital Morriston de Swansea, la segunda ciudad de la región británica de Gales.

Un implante de titanio, impreso en Bélgica, se usó para sostener los huesos.
Power dijo a la agencia de noticias estatal de Inglaterra BBC que los resultados le “cambiaron totalmente la vida”.

“Pude ver la diferencia en el momento que me desperté”, recordó el paciente que ahora se mantiene en un proceso de recuperación bajo la supervisón de especialistas galeses.

“No tendré que disfrazarme, no tendré que esconderme. Podré hacer las cosas cotidianas, ir a ver a gente, caminar por la calle...”, afirmó Power que espera retomar sus actividades normales en los próximos meses.El cirujano maxilofacial que operó a Power, Adrian Sugar, dijo que los resultados no eran comparables a nada lo que se había hecho antes en los registros médicos europeos.

“Sin esta tecnología avanzada, es todo a mano. Tienes que adivinar dónde va todo”.
“La tecnología permite más precisión y mejores resultados para el paciente”, insistió.
“Ya habíamos hecho un buen trabajo con sus heridas faciales” en las primeras operaciones, justo después del accidente, recordó Sugar.

“Pero el oftalmólogo nos desaconsejó hacer cualquier cosa que pudiera afectar más a su vista”, afirmó.

“En consecuencia no colocamos el pómulo izquierdo en el lugar idóneo” y “su ojo parecía hundido y caído”, agregó el cirujano.

La precisión de la tecnología en tres dimensiones usada en este caso en específico hizo posible la última y definitiva intervención que devolvió el aspecto original a la cara de Power.

La explicación de la operación forma parte de una exposición científica  de impresión en tres dimensiones en el Museo de la Ciencia de Londres.

El proyecto es el resultado de la colaboración entre el hospital de Swansea y científicos de la Universidad metropolitana de Cardiff en el seno del Centro de tecnologías reconstructivas en cirugía (Cartis).

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