Mark Zuckerberg, creador de Facebook, fue uno de los primeros en apuntarse, ha batido récords de crecimiento y cuenta con el respaldo de una de las compañías más importantes de Internet, pero Google+ aún es desconocido de la red.

“En estos momentos, estamos realizando una prueba con un número reducido de personas, pero el Proyecto Google+ no tardará en estar disponible para todo el mundo”. Este mensaje es el escollo que limita hasta ahora el crecimiento de la red social que Google sigue llamando “proyecto”, porque está en fase de pruebas y en transformación.

Sin embargo, el nuevo intento del gigante de Mountain View (California) por lanzarse a la conquista de las redes sociales -tras los fallidos intentos de Google Wave y Buzz- parece haber dado con la clavo.

Los datos iniciales avalan el proyecto: la entidad de análisis comScore calcula que solo en sus tres primeras semanas de vida Google+ (que se lanzó oficialmente el 29 de junio) superó los 20 millones de usuarios únicos, un hito que en seguida fue comparado con los exitosos Facebook o Twitter.

Quienes aún no tienen invitación o se encuentran con el cortante mensaje de “sitio en pruebas” cuando intentan acceder a Google+, e incluso muchos de los que ya han visitado la página, al leer el aluvión de artículos dedicados al nuevo invento se preguntarán, ¿qué tiene esta red que no se haya inventado?

La respuesta es sencilla y a la vez compleja: se reduce a dos grandes conceptos, círculos y videochat múltiple, con el envoltorio de Google y con el halo de misterio que siempre convierte en atractivo lo que no se puede tener de forma inmediata.

Los círculos de Google+ han puesto patas arriba el concepto de red social, aunque, en esencia, son similares a los grupos de contactos de Facebook o a las listas de Twitter.

En este caso llegan con la diferencia de que la posibilidad de clasificar a los contactos se simplifica tanto y se hace tan intuitiva que es inevitable recluir al jefe al círculo de “Trabajo” para que no se entere de las fiestas que se organizan al auspicio de los “Amigos”.

Desde un punto de vista más extenso los círculos suponen privacidad, porque cada actualización de perfil, cada foto que se sube o cada enlace que se publica -como en Facebook, se puede hacer todo eso en Google+ a través de un “muro” con el nombre de “Stream”, que se puede compartir con todos los círculos.

La segunda gran novedad, que hizo temblar a la competencia, fue la posibilidad de usar videoconferencias con varias personas a la vez.

Pero por encima de todo esto, o, mejor dicho, envolviéndolo todo, está la posibilidad de que Google+ tenga la llave para gobernar en el reino de las redes sociales.

Los millones de usuarios que consultan a diario el buscador, acceden a su cuenta de  Gmail, tienen una bitácora en Blogger o visitan otra ciudad con Street View pueden llegar a convencerse de que esta red es la extensión (la suma, el “+”) .