“Geeks”crean tecnologías para las discapacidades
Christian Ramírez, Sebastián Rojas y Paola Flor apuestan por la tecnología como una herramienta para mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad. Por ello crearon varios proyectos que buscan superar las barreras que presenta la sociedad para este grupo social.
Todos estudian electrónica y robótica y creen que la tecnología debe ser viva. No creen en recetas, solo piensan en servir a los demás.
Ramírez desarrolló una mano biónica que simula los movimientos humanos a través de sensores que se reproducen en el aparato mecánico. “En este proyecto llevamos seis meses”, comentó mientras pone en movimiento a la herramienta, que sustituiría a una costosa prótesis que, según los realizadores, superaría los $ 10.000 dólares, sin embargo su mano biónica no llegaría a $ 150.
El joven inventor explicó que, por ahora, su proyecto solo simula el movimiento, pero piensa unirlo a un casco para que procese las ondas cerebrales y así ejecutar los movimientos de una manera natural.
Ramírez quiere pulir este prototipo. Sabe que en el mercado podrían comercializarlo hasta por 3.000 dólares.
En cambio, Sebastián Rojas, junto a Paola Flor, desarrollaron un robot que a través del movimiento y la voz le enseñan al niño con autismo a aprender las figuras geométricas y los colores.
El sistema muestra tres figuras geométricas: cuadrado, círculo y triángulo, le repite su nombre y aparte el menor puede interactuar con la máquina para escoger la opción que se le señala. “Así se refuerza el conocimiento y aparte el aprendizaje se lo hace más sencillo”, indicó Rojas.
Los dos estudiantes de la Universidad Politécnica Salesiana de Quito desarrollaron este invento en un tiempo récord, apenas cuatro días y un mes de investigaciones.
“Nos propusimos hacerlo para que los profesores o personas que conviven con niños autistas lo utilicen y lo apliquen en la vida cotidiana, es una ayuda para el niño y su profesor”, afirmó Flor.
Por ahora, los estudiantes no tienen previsto aplicar este invento en escuelas, ya que tienen que pulir algunos detalles, pero en un futuro cercano buscarán que sea una propuesta fija en las aulas de los niños que padecen autismo.
Campus es la casa de “geeks”
Miles de computadoras, iPhones, tablets, cables, carpas, cobijas, almohadas causan la primera impresión al ingresar en el Campus Party. Cada campusero tiene su propia historia tecnológica.
Los “geeks” participantes del Campus Party desde el pasado 18 de septiembre hicieron de las instalaciones de Cemexpo -sede del evento- su casa. Acoplaron las mesas y sillas para sentirse en “familia” y no perderse un minuto de todas las actividades que se desarrollan en la fiesta tecnológica.
Luis Aguilar es oriundo de Piñas, provincia de Los Ríos, y trabaja como webmaster del Municipio de esta ciudad, pero durante los cinco días que dura el Campus dejó sus actividades diarias de lado.
“En este evento aprendes bastantes cosas, compartes experiencias con personas que tienen gustos similares y por eso vale el sacrificio”, expresó.
Señaló que el alcalde de Piñas, Joseph Cueva, tuvo la iniciativa de que algunos jóvenes participaran en el evento. “Aquí pasamos las 24 horas aprendiendo, compartiendo, en la tarde y en la noche estamos realizando cualquier actividad hasta la madrugada y casi en la mañana aprovechamos para descansar”.
En cambio, Javier Sarmiento llegó desde Cuenca para participar en el Campus Party.
“Falté tres días a clases, no es mucho, espero recuperarlas algún día, pero en mi carrera -ingeniería de sistemas- es fundamental la práctica. Por eso estamos aquí, para aprender haciendo”.