Expertos analizan el virus 'WannaCry'
Cuando el mundo se recupera aún del ciberataque global ‘WannaCry’ que a principios de mayo infectó a centenas de miles de ordenadores, 500 responsables, expertos y especialistas de la ciberdefensa se reúnen a partir hoy en Tallin, Estonia.
La novena ‘Conference on Cyber Conflict’ (CyCon) es organizada todos los años desde 2009 por el Centro de Excelencia en Ciberdefensa de la OTAN, instalado en la capital estonia tras un masivo ciberataque sufrido por el país en 2007, y que las autoridades atribuyen a Rusia, un tema que el Kremlin en reiteradas ocasiones ha negado con vehemencia.
El CyCon 2017, titulado este año ‘Defending the core’ (‘Defender el corazón’ del sistema) es inaugurado hoy por el presidente estonio Kersti Kaljulaid.
La conferencia CyCon subraya que la digitalización ha conmocionado los modos de vida, con innumerables progresos sociales y económicos, pero también riesgos de seguridad y dependencia.
Conferencias y talleres serán dedicados a estas interrogantes: ¿Cómo definir los elementos cruciales en materia de ciberseguridad? ¿Cómo proteger las estructuras esenciales? ¿Qué papel deben desempeñar las Fuerzas Armadas en estos casos? ¿Qué tecnologías pueden ayudar a las naciones a hacer frente a las ciberamenazas?
Estonia es uno de los países más conectados del mundo, y pionero de los servicios en línea, que están más desarrollados que en el resto del mundo, hasta tal punto que el país es a veces denominado ‘e-Stonia’.
Primer ciberataque global
El país sufrió en mayo de 2007 lo que se considera como el primer ciberataque global: fue una negación de servicio de sus principales infraestructuras públicas y privadas por parte de piratas nunca identificados.
El ataque por negación de servicio es fácil de llevar a cabo y consiste en inundar los servidores informáticos con millones de demandas, hasta hacerlos inoperantes. Estonia se vio obligada a cortar por varios días el acceso a servidores desde el extranjero.
Esos ciberataques se produjeron tras el desplazamiento en Tallin de una estatua a la gloria de los soldados soviéticos, desde una plaza central a un cementerio militar de los alrededores de la capital.
Aquello provocó la cólera de la comunidad rusófona de Estonia, que vio en el gesto una afrenta a la memoria de los héroes soviéticos. Pero para los estonios esta estatua se había convertido en el símbolo de la anexión de su país por parte de la URSS durante medio siglo.
Las capacidades técnicas de los expertos estonios habían permitido limitar los daños de aquel ciberataque, esencialmente cortando las conexiones internacionales de numerosos servidores, y luego restableciendo los servicios algunos días después.
Un año más tarde, Estonia estuvo en el origen de la creación de este centro de excelencia en ciberdefensa, que fue rápidamente reconocido por la OTAN. (I)