El sector tecnológico iraní prospera a pesar de sanciones
Las sanciones internacionales contra Irán, que impiden a los gigantes tecnológicos estadounidenses acceder a su mercado, han tenido la consecuencia inesperada de favorecer el desarrollo de una “Silicon Valley” local, en pleno crecimiento.
Sus nombres son poco conocidos pero los servicios que ofrecen las compañías iraníes del sector son reconocibles: Snapp es la versión iraní de Uber, Digikala de Amazon y Pintapin de Booking.com.
Sin embargo no se trata de “copiar y pegar” un modelo comercial extranjero en Irán, afirma Amirali Mohajer (32 años), director general de Pintapin.
“Se necesitan expertos locales, de principio a fin, probablemente con un modelo comercial totalmente distinto para que pueda ser rentable” en el país, asegura.
Su oficina está al lado de las de otras start-up, reunidas en los locales del Iran Internet Group (IIG), un lugar donde se reúne la comunidad hipster de Teherán y donde trabajan jóvenes veinteañeros.
Pintapin está revolucionando la industria hotelera de Irán. “Hasta hace muy poco, muchos viajes se organizaban todavía por teléfono o fax, una manera de funcionar del siglo pasado”, explica Mohajer.
Su equipo dedica gran parte de su tiempo a intentar convencer a los hoteles para que abandonen el sistema de reservas en papel y empiecen a automatizarlas.
Amirali Mohajer, que vivió 16 años en el extranjero, asegura que volvió a Irán cuando se dio cuenta de que las tecnologías podían tener un “impacto real” en el país.
“Estamos convencidos de que nuestro trabajo permitirá (...) reconstruir una identidad iraní que desgraciadamente se ha visto afectada por los problemas políticos”, explica. (I)