El mercado de los drones diversifica sus servicios y clientes
la venta de estos artefactos se estima que genere $ 6.000 millones en ganancias
Agencia AFP
Shenzhen, China
En 10 minutos, el avión no tripulado rocía media hectárea de cultivos de cereales en el centro de China, una oportunidad de crecimiento para DJI, número uno en creación de drones civiles, que busca especializarse en la agricultura.
Piloteado a distancia sobre las tierras de la provincia de Henan, el aparato con hélices pertenece a una firma local de drones que propone sus servicios a los agricultores.
“Puede llevar 15 kilos de insecticida y cubrir la misma superficie que treinta hombres”, se congratula el jefe de la firma, Jiang Sanchun.
Para DJI, líder mundial de drones civiles, “la agricultura es un sector de futuro”. Sobre esa base firmó un protocolo de acuerdo con el gigante estadounidense del sector agroquímico Dow Chemical para desarrollar planes conjuntos.
“En cinco años pasamos de drones que solamente hacían fotos, a aparatos muy especializados”, se entusiasma Paul Xu, vicepresidente de DJI, en una entrevista en Shenzhen, donde el grupo tiene su sede.
DJI, fundada en 2006 en esta metrópolis vecina de Hong Kong por un joven apasionado por el modelismo, produce entre 60% y 65% de los aparatos civiles de todo el mundo, según el gabinete Frost&Sullivan.
Al lanzar en 2013 los Phantom, primeros de una serie de drones para el gran público dotados de cámaras de alta definición, la empresa deseaba crear un nuevo mercado.
Y lo consiguió: DJI, que vende 75% de su producción en el extranjero -especialmente en Estados Unidos y Europa- y comercializa sus productos en los Apple Stores, tiene un éxito tremendo entre los aficionados a la fotografía aérea.
Bomberos, grupos mineros
Para hacer frente a la emergencia de ambiciosos rivales chinos, el grupo buscó nuevos horizontes y lanzó a fines de 2015 su Agras MG-1, destinado a rociar insecticidas agrícolas. Ya ha vendido 6.000 ejemplares. Y han seguido otros modelos, para inspeccionar el estado de las cosechas o de la irrigación.
DJI ($ 1.500 millones en ingresos anunciados en 2016) sigue ampliando sus productos. “Un dron puede vigilar redes energéticas en zonas de difícil acceso (...), servir de apoyo en misiones de seguridad pública o de socorrismo”, explica Xu.
Policías chinos usan los que tienen cámaras térmicas para buscar a fugitivos, mientras que en Brasil o en California los bomberos los utilizan para establecer la configuración de un incendio.
Según el gabinete Gartner, las ventas mundiales de estas naves
-que aumentaron 60% el año pasado- sumarán $ 6.000 millones en 2017 y superarán $ 11.200 millones en 2020, estimuladas por la flexibilización de las regulaciones.
Coctel tecnológico
Pero en el conjunto del mercado DJI seguirá sin tener un serio competidor en los próximos cinco años, gracias a su capacidad para proponer nuevos productos.
Sin embargo, en el sector de los drones especializados, DJI no vive en terreno conquistado. “Para los productos de alta gama, por encima de los $ 7.500, su cuota de mercado en Norteamérica ha caído a 33%”, advierte Colin Snow, del gabinete Skylogic.
Además, el especialista francés de los drones Parrot lanzó una oferta con aparatos capaces de cartografiar parcelas cultivadas.
Pero, en DJI, Paul Xu se declara convencido de que, con 25% de sus 8.000 empleados dedicados a la investigación, el grupo chino será capaz de generar el coctel tecnológico necesario para imponerse.
Pero no en todas las actividades. Por ejemplo, DJI no prevé aún la creación de un dron que sea capaz de entregar paquetes a domicilio. (I)