El astroturismo es una actividad en alza pero amenazada
Perder la mirada en el infinito de un cielo lleno de estrellas es una actividad turística que seduce cada vez más ante la dificultad de encontrar noches completamente oscuras, explicaron profesionales del sector en el ITB, salón del turismo de Berlín, que se realizó este mes.
“El astroturismo es una actividad creciente. Ahora se ven muchas agencias de viaje que proponen este tipo de turismo”, apuntó Andreas Hänel, astrónomo y director del planetario de Osnabrük, en el noroeste de Alemania.
Mientras que el turismo espacial que promete viajar a bordo de una nave aún se encuentra solo en sus inicios, el astroturismo se practica con los pies en la Tierra y la cabeza en el aire.
Encontrar un lugar lo suficientemente oscuro para poder contemplar de verdad el espacio infinito se ha convertido en un argumento turístico que revaloriza los parques astronómicos en Europa o en Estados Unidos, con el sello de “reserva de cielo estrellado”, pero también los desiertos de Botsuana, país invitado en la edición 2017 del ITB, de Namibia, incluso de Irán.
“Esto comenzó dentro del mismo mercado iraní, porque contamos con un enorme desierto lleno de grandes espacios de oscuridad”, explicó Keyvan Lankarani, de la agencia de viajes iraní Land of Turquoise Domes Tour and Travel Company.
Eclipse solar
Estos últimos años se ha visto también el auge de lo que Andreas Hänel llama “el astroturismo de acontecimientos”, con las auroras boreales como principal atracción.
En el salón ITB, que duró cinco días, el folleto de Yukon, en el norte de Canadá, promete un momento “que no olvidarás nunca”, cuando una serie de movedizas líneas verdes invadan el cielo.
El norte de Noruega también hace de las auroras boreales uno de sus pilares de venta.
“Hay un interés creciente hace cuatro años”, sobre todo proveniente de Japón y China, indicó Ellen Kachel, responsable de marketing del comité de turismo de la región.
En 2017, el principal acontecimiento que los organizadores de astroturismo esperan es el eclipse total de sol del 21 de agosto, que solo se observará en Estados Unidos.
“Nadie sabe cuántos turistas van a venir, las estimaciones van desde miles a varios millones, pero parece que será un gran acontecimiento”, anticipó el astrónomo del planetario de Osnabrück.
En Idaho, ya es seguro. “Estamos casi al completo”, contó Nancy Richardson de la oficina de turismo de este Estado del noroeste de Estados Unidos, conocido por sus paisajes salvajes y montañosos.
Pero Ellen Kachel considera que para respetar la naturaleza en la que se basa, el astroturismo no puede seguir creciendo a este ritmo y va a tener que encontrar “un punto de equilibrio” rápidamente.
Para observar las estrellas se necesita luchar contra una contaminación luminosa cada vez más invasora en el mundo, que pone también en peligro la vida animal nocturna, señalaron los defensores del “dark sky” (cielo negro).
“Muchos europeos nunca han visto bien la Vía Láctea”, apuntó por su parte el astrónomo Harald Bardenhagen. Considera que si la contaminación luminosa aumenta al mismo ritmo, las estrellas podrían incluso no ser visibles en 2024.
Otra de las potencias de este mercado de turismo es Chile.
La nación sudamericana desarrolla desde 2015 un plan denominado como ‘Astroturismo Chile’ que se practica, especialmente, en las regiones de Antofagasta y Biobío, destacándose Coquimbo, donde está el 51% de las empresas privadas que oferta estos servicios. (I)