Batalla por un mercado de más de 400 millones de usuarios
Dudas sobre Facebook y WhatsApp buscan ser explotadas por Telegram
El campanazo de la semana en el mundo tecnológico -como ya se está haciendo costumbre- la dio Mark Zuckerberg y su “monstruo” Facebook cuando anunció que la red social adquiriría por 16.000 millones de dólares -en efectivo y acciones- el servicio de mensajería WhatsApp.
Las redes sociales y servicios informativos colapsaron con la noticia de la fusión de estos dos titanes que comunican cada día a millones de usuarios en el mundo. Y sobre todo asombró más la estrategia comercial de Facebook, cada vez más agresiva, recordando que en abril de 2012 también compró la plataforma fotográfica móvil Instagram por 1.000 millones dólares.
Así, la mayor red social del mundo incursiona en varias plataformas a las que ahora se suma el reino de la mensajería instantánea, incluso las llamadas telefónicas. WhatsApp es utilizado por más de 450 millones de personas cada mes. De ese número, el 70% lo usa diariamente.
Hasta este punto, todo parecería un negocio redondo para la “pandilla” de Zuckerberg, pero si algo se sabe en el mundo de los negocios es que la mala propaganda puede ser mortífera. Y esa sombra también le llega a Facebook.
La red social ha estado vinculada con el espionaje electrónico en los Estados Unidos. Julian Assange, periodista fundador de WikiLeaks, aseguró en 2011 que las redes sociales son bases de datos prolíficas para el espionaje, algo que hoy toma relevancia en medio del caso de Edward Snowden, el exanalista de la CIA, acusado de filtrar información sobre el tema.
“Facebook, en particular, es la más espantosa máquina de espionaje jamás inventada”, dijo Assange hace ya dos años
El australiano profundizó sobre el tema al recordar que en Facebook “se tiene una de las bases de datos más accesible, sobre la gente, sus relaciones, nombres, direcciones, y de todos sus parientes, todas al alcance de Estados Unidos, todas accesibles de la Inteligencia norteamericana”.
Ante esta paranoia entre los usuarios -que cada vez es más palpable- surge una opción: Telegram (de origen ruso). El producto fue creado por Pavel y Nikolai Durov, quienes desarrollaron VK, una de las redes sociales más importantes de Rusia.
Desde su lanzamiento el año anterior, la app ya aglutina a más de 7 millones de usuarios, pero paradójicamente desde que se anunció la adquisición de WhatsApp por parte de Facebook, el número de usuarios del servicio ruso aumentó en medio millón en apenas 24 horas.
Telegram está basado en la nube y está fuertemente encriptado”. Por otra parte, la aplicación es multiplataforma y tiene versiones para Android e iOS. En estas apps los usuarios pueden enviar mensajes, fotos, videos y documentos.
A diferencia de apps, como BlackBerry Messenger, que también poseen un alto nivel de seguridad, una de las principales características de la app rusa se encuentra en su opción para realizar conversaciones “secretas”. Se trata de ventanas de chats en las que los mensajes que se reciben son eliminados después de que el usuario los ve. Cada cliente puede configurar el tiempo que debe pasar para que los textos sean borrados. De hecho, la empresa se muestra tan segura con su plataforma que ofrece una recompensa de 200.000 dólares a aquel que logre quebrar el cifrado de Telegram.
Así los rusos quieren destronar a WhatsApp con más seguridad. ¿Podrá Zuckerberg y su “pandilla” tranquilizar a sus usuarios”? Las descargas de aplicaciones lo dirán.