La creación de aplicaciones se ha convertido en un negocio que mueve mucho dinero. De hecho, según Price Waterhouse se espera que en 2017 genere 23.000 millones de dólares. Eso ha hecho que las apps se extiendan a diferentes campos. La medicina es una de ellas.

En Estados Unidos, el 16% de la población ya usa  aplicaciones móviles de salud. En España, aunque todavía no existen datos, la alta penetración de smartphones ha sentado las bases para que la relación entre médicos y pacientes se haga más táctil, y por lo consiguiente más interactiva.

En la última edición del evento The App Date se dedicó a las aplicaciones médicas y de salud, en la que se habló, entre otras previsiones, de que este tipo de “app” se implantará de forma mayoritaria en el país a lo largo de 2014 y 2015. “La mayoría de las veces el paciente es el mejor médico de su propia enfermedad”, asegura el doctor José Luis de la Serna. “Los nuevos dispositivos móviles generan una reacción con un cierto grado de afectividad y adicción, que debemos aprovechar a través de aplicaciones específicas para empoderar al paciente, informarle y generar un ecosistema que permita una interactividad más cómoda, barata y eficaz entre él y sus médicos”, añade.

Serna destaca las ventajas que las apps de salud tienen, sobre todo, en términos de sostenibilidad. (ABC)