8 mil campuseros acamparon para participar en las distintas actividades de la feria tecnológica
¿Cómo será el empleo humano frente a la inteligencia artificial?
Un futuro lleno de máquinas y sin empleos. Aterrador, parece el filme Blade Runner, un todos contra todos patético, con hambruna, pero galáctico. Pero este futuro, para los optimistas, prevé el nacimiento de un mundo nuevo, con menos dependencia del mercado de trabajo actual. Una revolución digital, con inteligencia artificial, robots. Y al hombre, ¿dónde lo ponemos?
Este es uno de los más fascinantes debates del Campus Party Brasil que se desarrolló en Sao Paulo. La novena edición del mayor evento de tecnología y de vida digital (que habría que llamar vida a secas) se llama justamente ‘Feel the Future’ (siente el futuro).
Mientras se pelean taxistas y los conductores de Uber, en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 habrá automóviles autónomos, anticipa el presidente del Instituto Campus Party, el argentino Francesco Farruggia, cofundador de la mayor feria mundial de comunidades digitales, surgida en España en 1997. “Hay que pensar un mundo realizado fuera de los parámetros creados por la Revolución Industrial hace dos siglos”.
Pero Farruggia pone la cuota social por delante, al afirmar que la tecnología, como los laboratorios públicos (LabFab) que se están montando en la periferia pobre de Sao Paulo, puede salvar, de verdad, a adolescentes en situación de riesgo, frente a la violencia y las drogas.
Sentir el futuro, entonces, fue la pulsión del Campus Party Brasil, en la cual participaron cientos de miles de personas desde el miércoles, incluidos los 8 mil campuseros, jóvenes amantes de la tecnología, pero muy profesionales también, programadores, diseñadores, gamers, hackers y emprendedores digitales, que acampan 5 noches.
El fundador del Campus Party mundial, el español Paco Ragageles, hizo hincapié durante la presentación de la edición brasileña del evento que hay que prepararse para un futuro cada vez más cercano y veloz, para “cuando las máquinas reemplacen a los empleos”.
Pero eso, según él, no debe ser desolador, si se tiene en cuenta que habrá chances para poner fin a los empleos como se conocen hasta ahora, pero también hacer una nueva distribución social porque se acabará la ‘monetización’. Capitalismo o socialismo, pero digital. Ragageles dijo que “la revolución tecnológica, sumada a la cuántica, cambiará todo”.
En un mes en el cual el precio del petróleo cayó a pisos históricos, Ragageles dijo que esta nueva era terminará con la de los hidrocarburos fósiles que domina el 24% del PIB mundial, ya que se impondrá la energía solar. O porque los robots harán los trabajos manuales o las impresoras 3D podrán crear absolutamente todo. O que, como ya ocurre en Nueva York, con una de las experiencias de Google, donde los automóviles puedan ser independientes de un conductor.
Los humanos no serán relegados del todo
La edición 2016 del Campus Party Brasil contó con más de 200 conferencias al mismo tiempo, 18 simuladores y presentaciones de 200 start ups. Entre los principales conferencistas estuvo Daniel Susskind, investigador de la Universidad de Oxford y exasesor sobre tendencias de futuro de la oficina del primer ministro de Gran Bretaña. Susskind estudia el desarrollo de la inteligencia artificial y lo que llama el fin de las profesiones.
“La tecnología está cambiando las formas de las sociedades actuales y esto va a llevar al desmantelamiento de las convenciones”, asegura el británico, al plantear problemas morales, sociales y éticos que los países deberán reglamentar, como si un médico o un juez pueden ser reemplazados por máquinas.
Pero, aclara: “Existe una falacia peligrosa sobre la inteligencia artificial. Es un error aplicar el mismo pensamiento de un humano, el software llega a conclusiones por otros caminos. Y este desarrollo nos lleva a preguntarnos qué haremos con nuestros empleos”.
“Los optimistas dicen que habrá siempre habilidades que los humanos puedan hacer, como tener más tiempo libre, investigar, mientras la inteligencia artificial cumple un rol, un trabajo, un empleo. Los pesimistas dicen que no habrá suficientes actividades destinadas al hombre, con lo cual, bajo el modelo actual, no habrá empleo”, resume Susskind.
Existe, sí, un camino menos radical. No habrá un maestro o un médico robot, pero en el caso del galeno se podrá evitar contacto personal con el paciente, al que se lo atenderá de manera remota. (I)