Científicos recrean perfume de Cleopatra y lo asocian con la mirra
Por Redaccion y ABC
Cleopatra VII, la última gobernante de Egipto antes de caer en poder de los romanos, siempre ha sido imaginada como una mujer bellísima, a pesar de que los científicos nunca han podido determinar su aspecto real.
De hecho, existen estudios que apuntan a que realmente no era una persona muy agraciada. Sin embargo, los arqueólogos han determinado a qué pudo oler, ya que un equipo de expertos recreó los perfumes más comunes del imperio a través de las muestras y restos que aún quedaban en las vasijas que los contenían.
“Este era el Chanel N° 5 del antiguo Egipto”, afirmaba Robert Littman, arqueólogo de la Universidad de Hawái que junto a su colega Jay Silverstein son los responsables de la recreación.
Durante años, ambos realizaron excavaciones en el sitio llamado Tell-El Timai, que en la antigüedad se conocía como la ciudad de Thmuis. También fue el hogar de dos de los perfumes más conocidos del mundo antiguo y Mesopotamia.
Ayudó también el hecho de que en 2012 encontraran lo que parecía la casa de un comerciante de perfumes, que incluía un área para fabricar algún tipo de líquido, así como ánforas y botellas de vidrio con residuos.
Si bien las botellas no olían, el análisis químico del lodo reveló algunos ingredientes. Los investigadores llevaron sus hallazgos a dos expertos en perfume egipcio, Dora Goldsmith y Sean Coughlin, quienes ayudaron a recrear los olores siguiendo las fórmulas halladas en textos griegos antiguos.
La base de ambos aromas recreados es la mirra, una resina extraída de un árbol espinoso nativo del Cuerno de África y la Península Arábiga.
Se agregaron ingredientes como el cardamomo, el aceite de oliva y la canela para producir los perfumes antiguos, que en general eran más espesos y pegajosos que los perfumes de hoy en día.
Esto les confería aromas fuertes, picantes y ligeramente almizclados que tendían a durar más que las fragancias modernas.
“Es una gran emoción olfatear un perfume que nadie olió en 2.000 años y que Cleopatra podría haber usado”, afirma Littman. (I)