El chip bajo la piel suple llaves y claves
Raúl Ramos, de 25 años, desliza el dorso de su mano izquierda por el sensor de un torniquete digital. El movimiento hace que dos compuertas transparentes se abran. Así ingresa y sale del edificio en el que trabaja (en Guayaquil).
Los empleados comunes y corrientes usan una tarjeta magnética para acceder, pero hace cuatro semanas él la cambió por algo más práctico, que no se le pierde ni se le olvida.
Raúl se implantó un microchip NFC que le sirve para entrar y salir sin usar llaves. Lo tiene en la última de las tres capas de la piel. Está entre su dedo índice y el pulgar.
El diminuto cuerpo es imperceptible a los ojos. Mide 16 milímetros de largo por 2 milímetros de ancho, similar a un grano de arroz. Los inquilinos del edificio, cuando lo ven hacer eso en el torniquete, quedan desconcertados. “¿Cómo hiciste eso?”, le preguntan.
Una radiografía de la mano muestra su ubicación. Está entre el dedo índice y el pulgar.
El chip utiliza el mismo componente de la tarjeta contactless y los teléfonos inteligentes. Es decir, transfiere datos. El lector lee la identificación del chip y accede al sistema de control. No solo eso. Desde que lo porta, con solo acercarlo desbloquea la computadora y el smartphone. Además tiene almacenada su información personal (currículum) y ficha médica.
Desde hace dos años surgió su interés. Para él representa una oportunidad para aumentar las capacidades y funciones del cuerpo. El elemento “reemplazó” sus huellas, códigos y diversas contraseñas.
Él está convencido de que la nueva fase de la evolución humana va de la mano con la tecnología. “Y nada mejor que iniciarla con esta maravilla”, expresa. A la persona que combina la tecnología con la biología humana se la denomina cyborg. Raúl sería el primero en el país.
¿Cómo se la puso?
Él adquirió el producto a $ 149 a la empresa iLemental de Ecuador. Le vino acompañado de un kit hermético, en el que constan inyección, gasas y parches. Luego acudió a un médico, quien con la misma jeringa plástica (grande) se lo incorporó. La acción es similar a ponerse cualquier otra vacuna. De igual manera, instaló la aplicación Vivokey, con la que funciona.
El joven decidió ponérselo entre el dedo índice y el pulgar. El doctor lo ubicó allí porque hay pocas terminaciones nerviosas y es indoloro. “El proceso de cicatrización fue rápido”, manifiesta Raúl.
Ahora ya no carga documentos porque el dispositivo almacena información de la cédula de identidad y de la licencia de conducir. El diminuto cuerpo es único e inviolable, ya que tiene códigos y encriptaciones especiales.
Alfonso Celi, CEO de la empresa, explica que posee diversos tipos y funcionalidades. Existen el NExT y el Spark 2.0. El primero permite el control de acceso de todo tipo (celulares, computadoras, cerraduras y torniquetes inteligentes con sensores).
El segundo, desarrollado por VivoKey, sirve como medio de pagos, transporte, tarjeta de crédito, manejo de criptomonedas y billetera móvil. “La tecnología facilita la vida de una persona”, comenta Celi.
Lo que se debe saber
Los familiares de Raúl están sorprendidos por el avance de la ciencia. En Ecuador es poco común ver a otros que hayan hecho lo mismo.
En otros países, como en Suecia, aquellos que llevan chip acceden al transporte público sin tarjeta. El veinteañero recomienda informarse antes de tomar la decisión. Por ejemplo, la cápsula está fabricada de vidrio biocompatible Schott 8625, compatible 100% con el organismo. “Pasó por pruebas extremas para descartar todo tipo de riesgos”.
No tiene batería, es decir, no emite señal que lo haga rasteable. Tampoco tiene GPS que permita vigilar a la persona que lo lleva. Si otra persona quiere acceder a su información, necesita acercarse con un lector a menos de cuatro o cinco centímetros.
Raúl ya hace planes para el 2020. Él reemplazará las cerraduras de su casa por un smart (que se puede abrir con el dispositivo). Quiere entrar al igual que como ingresa a la oficina de su trabajo.
También hará modificaciones a los vehículos para encender su carro y la motocicleta. Desea encenderlas con tan solo un pequeño movimiento de su extremidad superior. “Siempre me he considerado un apasionado de la tecnología”. (I)
El chip mide 16 milímetros. El elemento tiene el tamaño de un grano de arroz.