Una encuesta a 1.900 expertos señala las preocupaciones
Carros autónomos, drones... ¿y los humanos?
Washington
Los robots y los aparatos de inteligencia artificial, como drones para entregas a domicilio o automóviles que se conducen solos, acaparan los trabajos de muchas personas en un cambio de paradigma cuyos beneficios los expertos aún no saben cómo evaluar.
Especialistas consultados por el centro de investigaciones Pew pronosticaron que, de aquí a 2025, habrá un protagonismo cada vez mayor de vehículos autónomos, drones repartidores, obreros robóticos, aplicaciones telefónicas que sustituirán a numerosos asistentes, incluso algoritmos periodísticos.
Pero no coinciden respecto a si estos avances tecnológicos serán realmente útiles: 48% de los consultados en la encuesta de Pew afirma que los robots acapararán los trabajos normalmente realizados por las capas bajas y aumentarán la desigualdad de ingresos.
No obstante, un pequeño grupo consideró que, a medida que la tecnología se encargue de las tareas indeseables, generará nuevas formas de empleo humano.
El informe no está basado en una encuesta aleatoria, sino en una consulta opcional a expertos en la materia o personalidades vinculadas a varias organizaciones. El sondeo fue realizado entre noviembre de 2013 y enero de 2014.
Lee Rainie, director del Proyecto de Investigación de Internet Pew, dijo que los expertos ven “un desplazamiento acelerado del tipo de trabajo que puede hacerse de manera más eficiente y optimizando los costos” a través de los robots.
Este desplazamiento significará “una transformación de la mano de obra, especialmente en los campos del transporte, la comida rápida y la medicina, y una emancipación de los empleos monótonos que permitirá a las personas definir su trabajo de una manera más positiva y socialmente más beneficiosa”.
Pero Rainie opinó que muchos consideran que esto conducirá a “un encogimiento de la clase media y la expansión de las filas de desempleados”.
La robotización es el ‘Voldemort’ del empleo
“La robotización es como (el villano de Harry Potter) Voldemort: una fuerza aterradora cuyo nombre nadie se atreve a decir”, dijo Jerry Michalski, fundador de Relationship Economy eXpedition, un centro de estudios de ejecutivos corporativos.
“La carrera entre la robotización y el trabajo humano la gana la robotización, y mientras los seres humanos necesitemos dinero para pagar el alquiler o la hipoteca, iremos quedando fuera del sistema a medida que ocurran estos cambios”.
Stowe Boyd, investigador líder de GigaOM Research, indicó que el creciente uso de vehículos autónomos reemplazará una parte importante de los trabajos que realizan los humanos, como choferes de autobuses, camiones y taxis.
“Una gran parte de la población mundial quedará fuera del mercado laboral. Vivirán en el paro o se beneficiarán de la drástica reducción en los costos de los bienes para su subsistencia”, dijo.
“La cuestión central en 2015 será ¿para qué sirve la gente en un mundo que no necesita su mano de obra y donde solo una minoría será necesaria para dirigir una economía basada en los robots?”.
Justin Reich, del Centro Berkman para Internet y la Sociedad de la Universidad de Harvard, manifestó que los robots y la inteligencia artificial “reemplazarán cada vez más los trabajos rutinarios, incluso las rutinas complejas realizadas por artesanos, abogados y contadores”.
Otros fueron más optimistas, como JP Rangaswami, jefe científico de Salesforce.com. “La propia naturaleza del trabajo habrá cambiado radicalmente en el año 2025, pero solo en las economías que habrán optado por invertir en educación, tecnología e infraestructura”, dijo.
Por su parte Vint Cerf, jefe de Internet de Google, dijo que “históricamente, la tecnología ha creado más empleos de los que ha destruido y no hay ninguna razón para pensar que en este caso ocurrirá lo contrario. Alguien tiene que producir y mantener todos esos dispositivos avanzados”.
El informe se fundamentó en las opiniones de cerca de 1.900 consultados, seleccionados por Pew debido a su conocimiento del tema entre ellos, responsables de Cisco Systems, British Telecom, Microsoft, universidades, organizaciones de medios y agrupaciones de activistas.