Bolivia entra a la era espacial con el ‘Túpac Katari’
Bolivia, una de las naciones más pobres de América latina, ingresó este viernes a la era espacial al poner en órbita al "Túpac Katari" (TKSAT-1), su primer satélite de telecomunicaciones, desde la plataforma de lanzamiento de XiChang, en China.
Un cohete Larga Marcha despegó desde la plataforma de Xichang (sur) a las 00H42 locales (16H42 GMT del viernes), como estaba previsto, en presencia del presidente Evo Morales.
En Bolivia, el lanzamiento se pudo seguir en directo gracias a pantallas gigantes instaladas en La Paz y otras ciudades, donde ha estallado la algarabía.
Está previsto que el satélite se desprenda del lanzador y despliegue sus paneles solares 25 minutos después de la ignición. Alcanzará su órbita estacionaria definitiva (a 36.000 km de altitud) dentro de unas dos semanas y empezará a operar en marzo de 2014.
El "Túpac Katari" -que debe su nombre a un guerrero aymara del siglo XVIII que combatió la dominación española- es un satélite de 5,3 toneladas de peso, de 2,36 m de largo y 2,1 m de ancho. Su vida útil será de 15 años.
Consta de 30 canales y operará en tres frecuencias. La primera será empleada para cubrir gran parte del territorio boliviano en servicios de internet, la segunda cubrirá emisiones de radio y comunicación y la tercera servirá para alquilar diferentes tipos de transmisiones a países vecinos.
Dos estaciones en tierra -en La Paz y Santa Cruz- monitorearán su comportamiento.
Debería beneficiar a un 30% de la población de Bolivia (un país de diez millones de habitantes), principalmente de zonas rurales.
"Este satélite va a dar cobertura a toda el área rural. Más de 1,3 millones de viviendas y su población van a tener acceso a estos servicios y va a permitirnos cerrar una brecha de comunicaciones, de acceso a educación y servicios de salud", dijo la ministra de Planificación de Bolivia, Viviana Caro, que asistió al lanzamiento junto a Morales y a los ministros de Relaciones Exteriores, David Choquehuanca, y de Defensa, Rubén Saavedra.
Para la construcción del Túpac Katari, Pekín otorgó un crédito de 256 millones de dólares, mientras La Paz desembolsó otros 44 millones, como fondo de contrapartida.