Zamora, una intensa fiesta gastronómica
La gastronomía de Zamora Chinchipe -de sabores contrastados y muy diversos- en estos días de fiesta (58 años de provincialización) es definitivamente su fuerte para enamorar al que llega. Incluso, a nivel internacional esta zona es reconocida por su producción de una, aún para muchos, extraña exquisitez: ranas. Sí, ranas criadas para “ saltar”, directamente del estanque al sartén y del sartén al plato. Y es que a tan sólo 26,5 km de la urbe de Zamora se encuentra la parroquia Guadalupe, donde funciona la “Anfigranja Piunza”. Aquí tienen 30 módulos en los que se albergan 200 mil ranas que luego son exportadas a Nueva York.
Ramón Costa, propietario del ranario, ya lleva 20 años en el negocio de los anfibios comestibles. Narra que a pesar de lo difícil que fue empezar, puesto que no había técnicos, ha sido fructífero y de a poco ha generado fuentes de trabajo para los jóvenes del sector.
Recuerda que al principio les tenían algo de escozor y hasta miedo a los animales, pero con los años todo remilgo desapareció y hoy se tiene una buena experiencia como para estar en el mismo nivel de los países asiáticos, debido a los excelentes parámetros productivos.
La inversión que realizó para contar con espacios adecuados, fue de 400 mil dólares, dinero que es retribuido con la exportación semanal de 7 mil libras a Estados Unidos. Esta labor diaria permite que 15 personas trabajen junto a Ramón.
Durante 7 meses se desarrollan las ranas que son ubicadas según su tamaño en módulos distintos. Luego son retiradas para el consumo local y el envío a otros países. En la ciudad, cada día existen más lugares donde se preparan platos que incluyen ranas, lo que poco a poco va constituyendo una identidad gastronómica local, que también incluye otras opciones, generando un panorama de sabores contrastados...
Una provincia “derivada de la caña”
Decir Zamora es decir melcocha, jugo de caña y miel con quesillo (queso sin sal). A 9 km de la urbe se ubica la parroquia Timbara, sector de gente calurosa, sonrisa sostenida y buena mano para la preparación de las delicias populares.
Timbara es conocida por su abundante producción de caña, materia prima para la panela y otros dulces. Para desarrollar algunos productos las personas decidieron trabajar juntas. Existen dos asociaciones: “Timbarita” y “Amor y Fortaleza”.
Ambas se han apostado en la acera de la vía principal que conecta a Zamora con Yantzaza. Desde allí, ofrecen a los conductores sus productos.
Javier Sánchez, miembro de “Amor y Fortaleza”, detalla que el proceso para hacer las melcochas no es muy complicado, pero advierte que hay que tenerle mucho cuidado: hay que colocar, en una olla, medio litro de agua, ácido cítrico y seis panelas para que se derritan. En 10 minutos todo el menjurje se pone sobre una piedra para que vaya tomando forma. Aunque está caliente, Sánchez mete sus manos para ir moldeando el dulce, y después, un poco más frío, le da forma en un palo. Salen 60 barras.
Los que trabajan en “Amor y Fortaleza” coinciden en que expender los derivados de la caña les genera buenos ingresos para sus hogares. Desde el 8 de septiembre del 2010 la asociación tiene vida jurídica y está conformada por 40 familias.
En este ámbito el ayuntamiento zamorano ha aportado $ 7 mil en capacitación, publicidad y en las ferias compra el producto para la promoción. Incluso en Navidad ya no se adquieren caramelos, todo es melcochas para los niños.
Armando Romero, director de desarrollo comunitario y promoción social del Municipio, menciona que buscan fortalecer el turismo y rescatar las tradiciones que identifican a la gente. “A las personas les gusta agruparse para trabajar, por tradición ‘Timbara’ se dedica a sembrar la caña, es por eso que la primera molienda hidráulica que se trajo a Zamora se ubicó en ese sitio...”.
Otro aporte importante es el del Gobierno Provincial, que financió un proyecto de $ 10 mil. Se trata de una casa rodante para vender todos los derivados de la caña.
¡Agarra el corroncho!
Otro de los platos que en los últimos años va ocupando un espacio importante en la gastronomía de Zamora es el caldo de corroncho. Karen Cevallos es una experta en su preparación: sólo se demora 10 minutos para elaborar el caldo para 5 personas.
El corroncho es un pez de unos 10 cm que se encuentra en el río Podocarpus, generalmente de noche. La preparación, según Cevallos, es muy sencilla. Toma unos pocos minutos y se sirve el corroncho con caldo de maní, huevo criollo, cebolla, pimiento, ajo y tomate. Con $ 2 el turista puede degustar de este delicioso pescado que se acompaña con una porción de arroz y muchas veces con un guineo.
A decir de sus comensales, el caldo no es solo nutritivo, sino que “enciende los motores amorosos como Dios manda”. Quienes lleguen a Zamora y gusten de este tipo de pescado pueden dirigirse al sector de Santa Elena, donde está la “Casa del corroncho”. Atiende todos los días y en el último feriado recibió nada menos que 50 personas por día.
La tilapia
Otro de los rasgos distintivos de la provincia es la crianza de alevines de tilapia. En la estación piscícola se “cultiva” una gran cantidad de esta especie, comercializada a lo largo y ancho de toda ciudad.
Saúl Jiménez, técnico agropecuario local, comenta que la producción de alevines de tilapia cada día crece, y con aquello también la necesidad de incrementar los parámetros de calidad en la producción. Son 15 quintales de tilapia al mes los que venden, tanto en Zamora, Loja y Morona Santiago, y eso genera un ingreso de $ 1.200 al mes.
Zamora es un lugar en que el clima cálido parece una extensión del temperamento común de su gente, y ya por eso vale la pena ir. Pero, una vez más, el “plato fuerte” para el turismo está en su paleta gastronómica, donde conviven, sin problemas, el pescado, el anfibio y el dulce de caña.