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Yanda nació para comunicar a su pueblo

Este personaje indígena viajó durante siete semanas de Ecuador hasta Brasil para llevar información al resto de los pueblos que viven en la Amazonía.
Este personaje indígena viajó durante siete semanas de Ecuador hasta Brasil para llevar información al resto de los pueblos que viven en la Amazonía.
Foto: cortesía diario El Tiempo
23 de junio de 2018 - 00:00 - Redacción El Telégrafo

Desde que era un niño, Yanda Inayuk empezó a tener visiones mientras dormía: salían lanzas por su boca, nunca supo lo que era, hasta que lo conversó con los mayores de su comunidad zápara y concluyeron que requería trabajar con la comunicación para los pueblos indígenas y a esa actividad se dedica.

Yanda Inayuk, de la nacionalidad zápara, estuvo en el TedexCuenca y contó cómo fue que llegó a ser el comunicador no solo de su comunidad en la Amazonía ecuatoriana, sino también un portavoz de “los que no tienen voz”.

Para los miembros de esta nacionalidad, al igual que los shuar, los sueños son muy importantes porque les advierten lo que van a vivir en el futuro.

Cuenta que desde muy joven soñaba que salían lanzas por su boca; se lo comunicó a los mayores y ellos concluyeron que la misión de su vida estaba en comunicar, hablar.

Desde entonces se convirtió en un dirigente de la nacionalidad; es comunicador dentro y fuera de su nación, pero además pertenece a colectivos que se encargan de hablar por los animales y la naturaleza. Durante siete semanas viajó desde Ecuador hasta Brasil, llevando información al resto de los pueblos que viven en la Amazonía. Durante esta experiencia descubrió que la mayoría de las empresas mineras no respetan los territorios protegidos por los pueblos indígenas e hizo una compilación para mostrarlo al Gobierno central.

También se dedicó a informar acerca de las ciudades, las universidades y lo que pueden hacer si deciden dejar la selva y salir a las ciudades.

Otra cosa que registró en su cámara de video y fotografías fue cómo estudian en la selva, sus costumbres, ropa y tradiciones para llevarlas a las universidades y evidenciar que en la selva también se preparan y hacerlo es parte de su cultura milenaria.

Ahora trabaja para hacer una radio de cada pueblo, con su propia lengua y que hable de sus inquietudes, sueños, tradiciones, en los que los pueblos puedan verse reflejados como son.

Inayuk también está trabajando en propuestas para la reforma de la ley de comunicación en la que se evidencia su interés por lograr que en el país haya una comunicación más libre y plural. “Siempre con respeto y responsabilidad”, acota el zápara.

El objetivo es decirle a la sociedad que “ahora es que tenemos lo mejor, porque tenemos familia, naturaleza, agua y vida”, asegura Inayuk.

Los sueños
En cuanto a la importancia de los sueños, Lenín Monguano cuenta: “Nos despertamos y lo primero que hacemos es contar lo que soñamos a nuestros abuelos, padres o a cualquiera que los sepa interpretar”, al tiempo que describe que cada tema con el que sueñan: agua, fuego, tierra, ancianos, piedras, tiene un significado.

Es a través de la tradición oral que se van explicando los significados de cada elemento y los jóvenes aprenden de los mayores, quienes tienen más conocimientos.

Las decisiones de vida se basan en sus sueños. Lenín cuenta que él tuvo un constante sueño en el que se repetía la imagen de mayores entregándole bastones de mando, por lo que trabajó para ser un dirigente de su comunidad.

Lenín y también Inayuk son jóvenes que trabajan por la casi extinta nacionalidad zápara desde sus raíces milenarias.

La toma de decisiones del pueblo zápara, en etnografía de Ruth Moya
La autora del libro La selva y la nacionalidad zápara: espiritualidad, conocimientos y biodiversidad, hizo un trabajo etnográfico y reconoce que “para la toma de todas las decisiones, en primer lugar se descifran todos los sueños porque estos encierran la clave de lo que se debe hacer; por ejemplo ir de viaje, ir de cacería, sembrar en el momento más apropiado, aceptar o rechazar un empleo, dar un nombre a un hijo, entre otras cosas”, explica Moya.

Aunque todos pueden y tienen que descifrar sus sueños, en las comunidades záparas el más sabio en este tema es el shimanu con mayor experiencia.

Moya relata que el shimanu puede inducir sus sueños mediante la toma de alucinógenos y que  las visiones que logra sirven para tomar las decisiones colectivas.

Yanda Inayuk contó que también toma alucinógenos para poder soñar y descubrir qué decisión debe tomar.

Todo se hace con la supervisión de los mayores en esta tradición del pueblo zápara, que es compartida siempre. (I) 

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