Más de 15 horas de vuelo experimentó el entrenador de tenis Sebastián Cala para retornar al país. A él, la pandemia del covid-19 lo dejó atrapado en Singapur.

Desde esa nación asiática, gracias a la ayuda del Consulado de Indonesia, logró ser parte de un vuelo humanitario con varias conexiones hasta aterrizar en Quito, el 6 de mayo pasado.

Al momento está a pocas horas de culminar su proceso de aislamiento preventivo obligatorio (APO) antes de llegar a Cuenca, que es su ciudad de residencia.

“Estoy muy agradecido con el Consulado en Indonesia porque, pese a todo, al fin logré volver al país”, refirió el deportista, quien salió desde Singapur hacia Tokio, luego a Estados Unidos y finalmente a la capital ecuatoriana.

El aeropuerto de Narita le dejó asombrado, y más la estricta observancia de medidas de seguridad en la terminal aérea, donde solo quienes necesitaban estaban ahí.

Algo similar ocurrió en el aeropuerto estadounidense de San Francisco, pero al arribar a la terminal de Houston, en el mismo país, las cosas cambiaron.

“Ahí hubo más gente y, como no es obligatorio tener una mascarilla, pude ver a muchos sin protección, lo que me sorprendió”.

Con un evidente cansancio, el último tramo de Houston a Quito fue el mejor porque al fin llegó a su destino.

El canciller José Valencia precisó que esta dependencia está en primera línea para recibir a los compatriotas.

“Nuestro personal ha estado en los tres aeropuertos donde han llegado ecuatorianos, así como en el despacho de los vuelos en el exterior. Existe personal de los consulados apoyando a que los compatriotas lleguen a nuestro país. Otras instituciones han trabajado en este esfuerzo”.

Esa sensación de tranquilidad, por encontrarse en casa, es lo que prevalece en la mayoría de los más de 10.000 compatriotas que ya regresaron a su suelo patrio.

Ese es el caso de Rafaela Pinto, quien retornó desde España. “Me siento totalmente contenta por estar ya en el país y porque el consulado está siempre pendiente de nosotros”.

Para cada uno de los viajeros es un alivio llegar a Ecuador tras cumplir con todo el proceso para lograr un espacio en los vuelos humanitarios, que se inicia con el registro en el enlace de emergencia covid que aparece en la página web de cancillería.

Posteriormente, el consulado analiza las solicitudes recibidas y, en caso de que el número supere la disponibilidad, se prioriza a las personas vulnerables. Así lo estableció el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Nacional.

Tras esa selección, el consulado notifica a las personas que pueden abordar el vuelo. Si son favorecidos, descargan, firman y envían de vuelta el formulario migratorio especial de la pagina  web de cancillería.

“La notificación del consulado lo habilita para adquirir el boleto aéreo y reservar el hospedaje”, precisó la Cancillería ecuatoriana.

Antes de emprender el vuelo, todos los pasajeros se comprometen a realizar el aislamiento preventivo obligatorio (APO), en la ciudad en la que aterriza el vuelo y en el hotel designado por el Ministerio de Turismo.

Las personas de grupos de atención prioritaria y sus acompañantes pueden solicitar previamente al consulado cumplir el aislamiento en sus respectivos domicilios; para ello necesitan coordinar el transporte hacia sus hogares.

Para quienes cumplen el APO en hoteles, son las autoridades nacionales las que facilitan el desplazamiento.

Para abordar el vuelo, el pasajero debe presentar el certificado de viaje (emitido por el consulado), el formulario de salud del viajero. Además, deberá  anexar un certificado negativo de covid-19 a través de una prueba PCR realizada como máximo 72 horas antes del vuelo.

Hasta que esto se implemente se mantendrá la toma de la prueba rápida.

A partir del día 7, cuando el viajero cumple el APO en hoteles, puede solicitar una prueba PCR de un laboratorio reconocido; si sale negativa, previa autorización del Ministerio de Salud, puede completar el aislamiento en su domicilio. (I)