Miles de ecuatorianos claman por su retorno tras meses lejos de casa
Alexandra Ortega lleva más de 46 días sin poder ver y abrazar a su hijo de cuatro años. Ella tenía que regresar a Ecuador el 18 de marzo luego permanecer diez días en New Jersey, en Estados Unidos, pero esto no fue posible tras la suspensión de vuelos decretada por el Gobierno como una medida en la emergencia sanitaria por el covid-19.
Su viaje, sin imaginárselo, se volvió el más largo e interminable de todos los que ha hecho en su vida. “Extraño mucho a mi bebé. No puedo cuidarlo, abrazarlo como lo hacía todos los días. Deseo con mi vida regresar sana junto con mi bebé. Todo esto ha sido una pesadilla. Jamás imaginé vivir este calvario”.
Ella es parte del universo de 9.003 solicitantes que pidieron volver al país durante la emergencia, pero de los cuales han retornado 5.053 hasta las 15:00 del jueves 30 de abril.
Para regresar al país en uno de los demandados vuelos chárter Alexandra debe cancelar $ 987. Lo que había pagado por su pasaje de ida y vuelta por ahora no le sirve de nada. A ello se suma el costo de los hoteles a su llegada. Deberá cancelar entre $60 y $80 por cada día de los 14 que debe permanecer en aislamiento.
Para Alexandra se ha centralizado en una sola agencia y con costos elevados. “Todavía quedamos muchos ecuatorianos y la gente suplica volver con sus pasajes ya adquiridos. Nadie dice que sean gratis pero al menos a un costo razonable y que resguarden las pertenencias”.
La mayor preocupación de ella es costear todos esos valores ya que en Ecuador no cuenta con un empleo. A este problema se suma su estado de salud. Tuvo que dejar de tomar su medicación continua de administración delicada: neurotransmisores, un fármaco costoso. “No la tengo y ya se están viendo los efectos”.
María Belén Simmons, junto con su esposo Edison, quien es hipertenso, y sus dos hijos llevan alrededor de dos meses sin poder retornar. Anhelan volver a su casa en Quito, su ciudad de residencia, y retomar su apacible vida, así como olvidar “la pesadilla” que les tocó vivir en Miami, Estados Unidos. Este es el país que concentra mayor número de varados comparado con otros. Luego de conocer que no podían regresar a Ecuador fueron acogidos en el departamento de una amiga.
Durante estos dos meses han tenido que dormir en el piso, basar su alimentación con enlatados y arroz con huevos por la falta de dinero. “Ya no tenemos para el pan diario. Sentimos que nuestro país nos ha dado la espalda. No esperamos que nos paguen los vuelos porque nuestros vuelos comerciales están ya comprados. Solo quisiéramos que nos abran los aeropuertos y nos autoricen a regresar”, asegura Stephanie, una de las hijas de Simmons.
Sin embargo, así como hay historias de familias aún sin regresar hay quienes después de esperar tanto lograron pisar tierra ecuatoriana. Pero no todo es felicidad. Los retornados no saben cómo pagarán las deudas que les deja toda esta emergencia.
Para volver junto con su familia Kike L. prestó más de $3.000. En cuatro días completará el aislamiento. “Consciente de lo que estaba pasando tenía un departamento que me prestaron para vivir por el momento. Por eso considero absurda la cuarentena porque teníamos un lugar dónde llegar”.
Asimismo, Paúl Guzmán, oriundo de Machala, retornó junto con su familia al país el lunes 27 de abril. A su llegada tuvo que trasladarse a un hotel de Guayaquil para cumplir con los 14 días de aislamiento obligatorio. Él ha gastado $8.400 por el tiempo que estuvo fuera del país en pagos de alquiler, consumo de alimentos y medicinas. Asimismo, tuvo que gastar $4.300 en pasajes para regresar al seno familiar y $2.300 por el costo del hotel durante los 14 días.
“No fuera necesario que existan gastos si se hubiesen dado los viajes en las aerolíneas en las cuales tuvimos boletos y se hacían pruebas rápidas en el aeropuerto. Entonces no entrábamos en gastos nosotros ni el Estado, pero al ser obligados a cumplir una cuarentena por presuntos positivos de covid, considero que el Estado debería cubrir esos gastos”, asegura Guzmán.
De acuerdo con el analista internacional, Carlos Estarellas, en principio el Estado debería hacerse cargo del retorno. Cita el principio de Protección diplomática al que tiene derecho todo ecuatoriano que esté en el exterior si le pasa algo. Embajadas y consulados están sujetas a dar las protecciones adecuadas.
Sin embargo señala que hay factores que han jugado en contra. El primero de ellos se debe a que no es un grupo pequeño de ecuatorianos y segundo no provienen de un solo país. “El Estado ecuatoriano atraviesa por una crisis económica y no puede hacerse cargo de la situación”.
Precisamente, el canciller José Valencia ha reiterado que el Estado ecuatoriano no tiene recursos para pagar los pasajes de vuelta al país y estadías de los ecuatorianos. “El Gobierno debe priorizar recursos para atender a los hospitales, médicos y personal sanitario que está en primera línea en la lucha contra el coronavirus, donde están en juego vidas humanas y la contención de la epidemia dentro de Ecuador”, señaló el ministro.
Para Estarellas las embajadas y consulados de Ecuador en otros países han brindado una atención rápida. Además destaca que en Guayaquil la Coordinación zonal ha trabajado muy bien en lo que respecta a recibir a las personas. (I)