Versión covid-19
Un día te levantas y el malestar confunde, piensas en los síntomas; para salir de dudas vas por la famosa prueba PCR. Horas más tarde, la sorpresa es que das positivo para coronavirus. Es un golpe seco a las emociones, y a partir de allí me manda a casa un virus, “[…] que le ha demostrado al mundo ser letal […]” en palabras de Juan Zapata; virus que deja en evidencia lo frágil y vulnerable del ser humano, que no somos inmunes, que estamos expuestos como servidores públicos, que significa estar operativo todo el tiempo; con la premisa clara de que hoy tener un trabajo en tiempos de pandemia es una bendición, el mío es en el ECU911, una institución que articula emergencias y que salva vidas, aunque suene a quimera.
Muchos de los casos positivos deben coincidir conmigo que la noticia te atropella, sicológicamente te destroza. Surgen interrogantes: ¿Qué?, ¿Cómo?, ¿Donde?, ¿Por qué a mí?, ¿Por qué no a mí?, ¡llegó el día¡. Pendes de un hilo y parece que todo acabó, se rompe el paradigma, te desubicas, aunque en esta etapa de catarsis siento que las causas quedan y las acciones también.
Parece cuenta regresiva, una pesadilla, te encuentras contigo mismo, no tienes plan, tu mente trabaja más de la cuenta, retrocedes el tiempo, recuerdas, el confinamiento hace lo suyo, melancolía, atrapa el miedo a la muerte y a la estigmatización social, no quieres que llegue la noche, pierdes el sueño, estas cargado de tu aliado el “paracetamol”. Es la madrugada y alucinas con despertar que ya es una esperanza, con suficientes motivos para seguir, (esposa, hijos, padres, hermanos, familiares, amigos), que están allí listos para sostenerte y levantarte.
Hoy creo que la fe y fortaleza te librarán de apuros y encontrarás el equilibrio, que lo mejor de la vida, no se planea, sucede; no se trata de lo que ocurre, sino de cómo lo afrontas, a pesar de las circunstancias adversas; lo importante es estar vivo, no perder las ilusiones, mantener actitud positiva, resetear el cerebro hacia un cambio antropológico, enfocarse en lo importante para no perder objetividad, capturar buenos momentos, y nunca dejar a Dios fuera de tus proyectos, él es la clave para alcanzarlo todo.