Vecinos impiden uso de glifosato en un parque arqueológico
El cielo se vuelve verde, tapado por las copas de los ceibos gigantes del parque de la ciudadela Samanes I, en Guayaquil. Un paisaje natural que contrasta con las calles y casas de cemento que rodean la ciudadela.
Sembrado de árboles nativos y frondosos como los algarrobos, guasmos y pechiches, el espacio recibió la visita, el sábado pasado, del personal contratado por la Dirección de Áreas Verdes del Municipio, quienes intentaron fumigar el parque, utilizando un insecticida cuyo ingrediente activo es el glifosato, lo que preocupa a los vecinos que durante años han cuidado este bosque.
Allí habitan pájaros e iguanas. Pero su atractivo no es solo natural, sino también histórico, ya que en 1996, cuatro arqueólogos encontraron restos que datan del siglo quinto (Antes de Cristo) y una prueba de que allí vivieron los habitantes de la cultura Chorrera. Incluso, desenterraron la estructura de una vivienda, recuerda Ángelo Constantine, quien participó en las exploraciones del lugar con Johanthan Damp, Amelia Sánchez y Rosalba Chacón.
“Fue la primera casa que se encontró en Guayaquil, perteneciente a la cultura chorrera”, explica José Chancay, arqueólogo del Instituto Nacional de Patrimonio (INPC).
El parque forma parte del inventario nacional de sitios arqueológicos del Ecuador. Jorge Chalén, vecino, llamó al INPC, preocupado porque vio a personal del contratista Manuel Fajardo colocar glifosato para matar las malezas.
Chalén se lo impidió y tomó fotografías de la sustancia utilizada. Dicho personal le informó que pronto llegarían las maquinarias para la construcción de una cancha de cemento.
Esta posibilidad preocupa al vecino, porque se destruirían los árboles del parque, dice. “Ya puse la denuncia en contra de alguien del barrio que abre orificios en los árboles y les coloca pilas en el interior, para que se pudran”.
Chalén señala que el glifosato se impregna en las ramas y otras especies de plantas que a su vez son ingeridas por las iguanas y los pájaros que viven en los árboles gigantes, lo que puede causarles envenenamiento.
Este diario contactó al contratista Manuel Fajardo, quien no quiso dar declaraciones. Llamamos a la Dirección de Áreas Verdes del Municipio, y allí informaron que no se construirá ninguna cancha de cemento y que la empresa contratada solo tiene la responsabilidad de desbrozar la maleza.
La pregunta siguiente fue: ¿Por qué utilizan glifosato para eliminar los montes? Aún no recibimos una respuesta.
Vestigios de la cultura Chorrera
En el parque, los arqueólogos encontraron vasijas rotas, el cadáver de un adolescente, objetos de obsidiana y otros restos. Recomendaron, además, al personal del Municipio, la construcción de un museo en el sitio. Ángelo Constantine detalla que su grupo de trabajo realizó un mapa estableciendo los puntos de alta y baja densidad arqueológica en el parque. “Solo en los puntos de baja densidad arqueológica se pueden hacer implantaciones”, dice.
Por su parte, los técnicos del INPC realizarán un informe sobre la situación, detallando que allí se encontraron vestigios arqueológicos.
Este documento será remitido al Municipio de Guayaquil.