Varias especies de animales fueron salvadas en el Carchi
Lobos, monos, tortugas, chucuris y erizos han sido las especies silvestres que en Carchi, norte andino de Ecuador, se han rescatado.
En el año 2012, las autoridades del Ministerio de Ambiente de esta jurisdicción detectaron seis casos de tráfico de especies animales que vivían en domicilios particulares, incluso, en un parque.
Uno de las recuperaciones de vida silvestre que más llamó la atención de las autoridades, fue el de un lobo de páramo, en el cantón Espejo. Jenny Chalá, directora de provincial del Ministerio de Ambiente, indica que estaba siendo amaestrado y permanecía encadenado. El animal fue rescatado en abril del año pasado y actualmente está en la Universidad San Francisco de Quito para análisis.
Cuando la dependencia provincial sale a las inspecciones con la Policía de Medio Ambiente no se logran buen número de retenciones. Estas se dan en mayor medida por denuncias, que, en lo que va del año, suman dos y se enfocan a un negocio de pieles que se encuentra investigando.
En Carchi no es frecuente este ilícito, pese a que hay un tránsito constante en la frontera y las retenciones de animales se realizan voluntariamente. Según datos de 2010, la Policía de Medio Ambiente señalaba que las provincias con más incidencia de este fenómeno son Napo, Pastaza, Azuay, Loja, Guayas, Pichincha y Sucumbíos. Es un negocio que mueve millones de dólares en Latinoamérica.
Otro de los casos fue el de un erizo, comúnmente llamado puercoespín, que fue encontrado en el parque del cantón Mira.
"Al parecer, las personas que lo tenían lo dejaron abandonado y luego la gente llamó para que se lo rescate", acota Chalá.
Para que un animal pueda movilizarse se necesita una autorización de movilización que inicia con una solicitud al ministerio del ramo, luego viene una verificación donde se realiza un diagnóstico médico para cerciorarse del estado del animal y se emite la autorización.
Pese a esto, los animales silvestres solo pueden ser movilizados en caso de investigación, porque es prohibida la movilización y la comercialización de vida silvestre. Las penas pueden ir de tres a cuatro años.