1.000 niños en guayaquil reciben una colación de la bebida ya sea de sabor natural o de frutas
Una vaca mecánica produce hasta 30 litros de leche de soya por hora (Galería)
A diario 1.000 niños del sector de la Perimetral, en el noroeste de Guayaquil, reciben una colación de leche de soya, ya sea de sabor natural o de coco, mora, durazno, banano y vainilla. La Fundación Hogar de Cristo, con sede en esta ciudad, se encarga de la entrega y también de producirla. Para ello usan un artefacto conocido como vaca mecánica.
Aunque el equipo no tiene la forma de un bovino está compuesto por un caldero, triturador, filtro y otros auxiliares que aumentan la producción del líquido. Este es un sustituto de la leche de vaca, puesto que la soya es rica en vitaminas del grupo B, calcio y fósforo.
Esta vaca mecánica, a diferencia de su similar en estado natural, produce hasta 30 litros de leche por hora, que luego son envasados en pequeñas botellas de un cuarto de litro. ¿Cómo nació el proyecto? Todo surgió en 2007 como idea de los clubes rotarios de Ecuador. Estas organizaciones, con sedes en diferentes países, realizan actividades bajo el lema ‘Se beneficia quien mejor sirve’.
Desde hace 6 años, 14 vacas mecánicas han sido instaladas en fundaciones de Guayaquil.
La expansión no habría sido posible sin el manejo técnico y la asesoría de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), a través de un convenio suscrito con el Club Rotario Guayaquil Sur.
La ESPL se encarga de montar la planta para el funcionamiento de una o varias vacas mecánicas, también desarrolla los manuales de operación, diseña la administración, las buenas prácticas de manufactura y capacita a las personas que manejan una planta.
El responsable del trabajo en la Espol, Marcos Tapia, señala que la institución conformó un grupo de estudiantes con el nombre de Empresa Juvenil, manejada solo por universitarios.
Esta empresa, integrada por gerente general, gerente de ventas, gerente de producción y otros auxiliares, dan vida y dinámica al proyecto de las vacas mecánicas.
En la asesoría de la ESPOL intervienen 7 estudiantes de las carreras de Ingeniería en Alimentos, Ingeniería Industrial e Ingeniería Mecánica, y 2 docentes.
La primera vaca mecánica que instalaron fue en una fundación católica, ubicada en el sector Las Malvinas, en el sur de Guayaquil. Las siguientes plantas implementadas fueron en el Hogar de Huérfanos Inés Chambers y en una comunidad de la provincia de Bolívar, llamada San Simón.
Tapia manifiesta que las instalaciones tardan alrededor de 6 meses, porque trabajan en tiempos parciales conforme al horario disponible de los estudiantes. El acompañamiento puede durar hasta un año para que el producto esté listo y pueda ser distribuido.
En Hogar de Cristo actualmente funcionan 3 vacas mecánicas en una pequeña planta dedicada solo a la leche de soya.
Marianela Holguín, quien es la coordinadora del área, explica que mensualmente se producen 20.000 botellas para entregarlas a los pequeños, con el financiamiento de empresas privadas. Además, se elaboran otras 4.000 que son vendidas a $ 0,45 centavos a otros locales.
El proceso puede tardar 45 minutos, mientras se cuece, muele y tritura el grano. Luego se deja enfriar alrededor de 10 minutos y posteriormente el producto es envasado.
Para Tapia, este es un proyecto sostenible, es decir, que funciona solo, ya que no depende de nadie, sino de la organización que recibió el servicio.
Este trabajo, que antes era concebido como un aporte de la academia a la comunidad, ahora forma parte de las 160 horas de prácticas preprofesionales que dispone el Reglamento de Régimen Académico del CES (Consejo de Educación Superior).
Gracias a las vacas mecánicas, los universitarios han aprendido no solo nuevos conocimientos, como montar una empresa, sino que también se han vinculado con personas menos favorecidas. “De hecho algunos chicos han incursionado en proyectos de iniciativa privada y les ha cambiado la mentalidad”, expresa el profesor Tapia.