Una tradición que aún se mantiene en tres países
Alrededor de 2.500 fieles se congregaron ayer en la catedral, en el centro de Quito para observar el “Arrastre de Caudas”, un ritual funerario romano, que ha sido asumido por la Iglesia Católica desde hace más de 300 años.
El acto religioso, ideado para rendir homenaje a Jesucristo en sus horas de muerte, inició a las 12:00, pero los fieles acudieron desde las 09:30. “Cada vez viene más gente y no me gusta ver la misa de pie”, expresó Rosa Espinosa (52 años), ama de casa.
El ritual, que representa la muerte y resurrección de Cristo, estuvo presidido por el arzobispo Fausto Gabriel Travez Travez y sus prelados auxiliares, René Coba Galarza y Danilo Echeverría.
Monseñor Coba explicó que los padres más antiguos de la Arquidiócesis de Quito cargan las caudas, que son capas que miden 7 metros. Las telas se arrastran por la catedral asumiendo todos los pecados del mundo en esta representación.
Los arzobispos, vestidos con imponentes túnicas, se presentaron ante Cristo. “Es un llamado a tomar la fuerza de Cristo y que llevemos la fe en nuestras vidas”, indicó el arzobispo.
El “Arrastre de Caudas” se realizó en 90 minutos y tuvo como fondo musical las voces del coro del conservatorio de música Jaime Mola.
En los exteriores de la iglesia, el personal del Municipio instaló dos pantallas para que los ciudadanos puedan ver la ceremonia. “Es bonito ver al padre caminar con su túnica.
Como católicos y como seres humanos tenemos que reflexionar sobre nuestros actos”, comentó Hugo Chimbo, de 62 años.
Las luces bajan mientras se realiza la ceremonia, que concluye con la interpretación del himno “Vexilla Regis” (Banderas del Rey).
El “Arrastre de Caudas”, símbolo de la muerte de Jesús, se realiza únicamente en tres ciudades del mundo: la capital del Ecuador, Lima y Sevilla.