El Centro de Exposiciones Quito fue el escenario para que niños, jóvenes y adultos compartan con las personas con discapacidad momentos de diversión y a su vez tomen conciencia sobre la inclusión social y educativa, en la "Feria de los Sentidos". En varios stands los visitantes disfrutaron de teatro, títeres e información.

Jamile Vera tiene 15 años, es alumna del colegio Emilio Uzcátegui y fue una de las asistentes al evento. Ella contó que en su colegio existen personas con distinto tipo de discapacidad y eso le ha permitido valorar más y a la vez respetar la diferencia. "Nosotros como estudiantes hemos aprendido que todas las personas tenemos un valor que no está dada ni por la condición física, ni económica. Además entendimos que todos merecemos respeto", dijo Jamile.

El evento contó con una función de títeres promovida por el Instituto fiscal de discapacidad motriz (Insfidim), en la que los pequeños en sillas de ruedas acompañados de sus instructores dieron vida a los títeres, que fue seguida con mucha atención por Mary, una pequeña de 12 años, quien es parte de la Escuela Fiscal de Educación Especial y Rehabilitación. Ella junto a su compañero de aula no paraban de aplaudir y con su mirada dibujaban los recorridos de los títeres.

Mientras ello ocurría en una sala, en otra decenas de niños de segundo año de básica de la escuela República de Bolivia colocaban su nombre en las manos de papel que luego pegarían en el mural como señal de la feria de los sentidos.

Saúl, un chiquillo de 6 años, dijo que ponía su mano para ayudar a otros.

En otros stands las personas vivían la experiencia de la lengua de señas, o del sistema de lectura y escritura braille.

El evento que es abierto a todo el público, sin costo, se desarrollará hasta el sábado.