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Esta jornada preventiva se repetirá el último viernes de cada mes
Un simulacro "puede salvar el 90% de vidas"
Apenas sonó la alarma, los 1.100 estudiantes de la sección matutina de la Unidad Educativa Manuela Cañizares (centronorte de Quito) iniciaron ayer el simulacro de evacuación ante posibles réplicas.
Unos descendieron desde el cuarto piso y otros desde el tercero. Siempre vigilados por sus compañeros brigadistas, a quienes identificaban por el chaleco fosforescente y porque estaban dispuestos estratégicamente en las gradas. Ellos alentaron el rápido descenso de sus compañeros mientras les recordaban que deben llevar la mochila sobre la cabeza hasta llegar a los puntos de encuentro.
La evacuación duró en esta institución cerca de 7 minutos hasta llegar a los 3 patios. Una vez ahí se agruparon en círculos dentro de los cuales un maestro o el presidente del curso tomaban lista para constatar que todos estén presentes.
El subsecretario de Educación, Fernando Yánez, observó el proceso y destacó la labor estudiantil en el simulacro y los exhortó a que mejoren su tiempo. Además, recordó que los primeros pasos a seguir, en caso de un sismo dentro del aula, son agacharse y cubrirse. “Estas prácticas son muy importantes porque si estamos preparados podemos salvar más del 90% de las vidas”.
Por su parte, la brigadista Andrea Aguirre, de segundo de bachillerato, indicó que, como parte de las opciones de grado, escogió la especialidad Gestión de Riesgos y así aprendió a actuar con serenidad. “Sabemos cómo manejarnos en estos casos y prevenir también los riesgos que se registren en el colegio y esto a su vez lo compartimos con nuestros compañeros”.
Este tipo de simulacros se realiza en esta institución al menos una vez por mes. “Este ejercicio nos ha permitido salir sin ningún problema, incluso luego de las réplicas registradas”, comentó William Rosero, rector de la institución. En la unidad educativa del milenio Alfredo Vera Vera, de Guayaquil, la evacuación de los 1.400 estudiantes tomó más de 2 minutos.
Tras la activación de la alarma a cargo del rector, el simulacro inició. En el lugar hay 6 jefes de pisos con chalecos de color naranja, caminos despejados y puertas abiertas por las que en doble columna los estudiantes que estaban en planta alta bajaron sin apresurarse para ubicarse en las canchas y parqueos. Allí formaron grupos de 12, sin dejar de cubrirse la cabeza.
Geraldine Sánchez Plúas, de 9 años, fue una de ellas. La menor responde tranquila luego de que su profesora toma lista. Cuenta que desde que empezaron a hacer simulacros ha aprendido a no desesperarse y que no debe gritar. Recuerda que en la última réplica fuerte, cuando sus compañeros empezaron a gritar y llorar, les dijo que tarde o temprano se va a calmar la tierra y que no tenían por qué ponerse así. Geraldine dijo que tiene una mochila de emergencia en su casa.
Otra estudiante, Samy Vidal, Gonzales, que cursa tercero de bachillerato internacional, dice estar consciente de que debe dar ejemplo a los más pequeños. “Tratamos de estar calmados porque si les demostramos miedo van a reaccionar mal”.
Según el rector de la unidad educativa, Andrés Carchipulla, desde hace un mes cada semana en el establecimiento hacen de 2 a 3 simulacros. “Tenemos que seguir los protocolos que nos ha dado el plan de riesgo interno y el Ministerio de Educación. Aquí podemos decir que los 2.860 estudiantes están cada vez mejor preparados”.
La subsecretaria de Educación de la Zona 8, Valentina Rivadeneira, explicó que la actividad es parte del cronograma escolar y con una fecha que está institucionalizada. “No se trata de si querían o no, porque no es opcional, sino obligatorio. Todas las instituciones fiscales, fiscomisionales y municipales fueron comunicadas para hacer el simulacro de manera simultánea. Se controlará el cumplimiento de esta tarea”.
Andrea Valdiviezo, una madre de familia, comentó que, gracias a los ensayos, su hijo ha aprendido a controlar sus nervios. “En casa, ahora él me indica que hay que cubrirse la cabeza y no correr cuando tiembla la tierra”. (I)
Actividad se cumplió con normalidad
370 mil alumnos del sur activaron plan emergente
En la Zona 6 del país el simulacro reunió a 270 mil estudiantes de Azuay, Cañar y Morona Santiago. En las diferentes instituciones los tiempos de evacuación variaron. En el establecimiento Ciudad de Cuenca el tiempo fue de 3:35; mientras que en el República del Ecuador fue de 2:58.
En la primera institución, la alarma sonó a las 12:00 y, con la guía de los docentes, los 860 alumnos salieron de sus aulas con las manos encima de sus cabezas, bajaron en orden las escaleras y en el patio principal se formaron de acuerdo a sus paralelos. Inmediatamente los maestros tomaron lista.
Fanny Ochoa explicó que aún se debe mejorar ciertos aspectos, entre ellos la coordinación en la mesa de información. “Los compañeros tutores me dejaron la lista de los alumnos que faltaban, pero los de brigada no vinieron a la mesa para saber quiénes estaban heridos, sino que directamente se fueron a las aulas”.
También al sur del país, en El Oro, se efectuó el simulacro ante desastres. Participaron 100 mil estudiantes y alrededor de 500 planteles educativos de la provincia. Al activarse la sirena en la escuela Bolivia Benítez, los alumnos abandonaron ordenadamente los salones, cubriendo sus cabezas uno detrás de otro hasta llegar a una zona segura.
El ejercicio fue impulsado por el Ministerio de Educación. El objetivo es estar preparados ante cualquier emergencia sísmica o réplicas originadas tras el terremoto del pasado 16 de abril; además de conocer las áreas seguras dentro de las instituciones fiscales, fiscomisionales y privadas. (I)
Latacunga también participó
El tiempo de respuesta mejoró en Ambato
Tras dos meses de ejercicios previos, el simulacro nacional de evacuación por terremoto en Ambato tuvo buenos tiempos de respuesta en los colegios Luis A. Martínez, Bautista y Blanca Martínez de Tinajero, tres de los más conocidos en la ciudad. En el primer plantel, la actividad finalizó tras dos minutos de sonada la alarma. Fabiola Verdesoto, maestra y encargada de la Comisión de Gestión de Riesgos, explicó que en esta ocasión se redujo el tiempo de reunión del alumnado en el patio principal, 180 segundos menos que en marzo. “Incluso antes del terremoto del 16 de abril, personal del Ministerio de Educación y Cruz Roja nos capacitaron para saber cómo actuar.
El tiempo de respuesta en aquella ocasión fue de cinco minutos, desde que sonó la alarma hasta que el último alumno se ubicó en las zonas seguras. A las 12:00, hora de salida de los chicos de educación inicial, los padres esperaban en la puerta principal, por lo que se decidió que ellos también participaran en el ejercicio. En total, 1.288 estudiantes de la sección matutina estuvieron presentes durante el simulacro.
En Latacunga, 293 planteles se unieron al ejercicio preventivo. En Cotopaxi se realizaba para enfrentar la amenaza volcánica y consistía en evacuaciones a zonas altas. En esta ocasión, alumnos y maestros salieron de las aulas con las manos en las cabezas, protegiéndolas de posibles desplomes de la infraestructura.
Según el Distrito Provincial de Educación en Cotopaxi participó un total de 89.822 estudiantes. En la Unidad Educativa Victoria Vásconez Cuvi, una de las más grandes, el simulacro se desarrolló con normalidad. (I)