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Ecuador, 26 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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En ecuador viven 8’216.234 mujeres y 108.105 de ellas nacieron en 2013, según últimos datos proporcionados por el inec

Un planeta 50-50, el desafío en 2030

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¿Qué pasaría si las mujeres se empoderan de sus derechos? Solo para tener una idea, cuando el número de mujeres trabajando aumenta, las economías crecen. Así lo corroboran datos del Banco Mundial: si las tasas de empleo remunerado de las mujeres se incrementaran hasta equipararse a las de los hombres, el producto interno bruto de los países en desarrollo sería un 9% mayor. En las 15 economías en desarrollo más importantes, los ingresos per cápita crecerían el 14%.

Empoderar a las mujeres no solo económicamente, sino también de sus derechos reproductivos y políticos fue la hoja de ruta marcada en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en septiembre de 1995 en Beijing.

Esta cita, organizada por ONU Mujeres, logró una asistencia sin precedentes: 17.000 participantes y 30.000 activistas llegaron a Beijing para participar en la inauguración.  En esta jornada se elaboró la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, el plan más progresista para promover los derechos de la mujer.

20 años después sigue siendo una fuente de orientación e inspiración. La plataforma imagina un mundo en el que todas las mujeres y las niñas pueden ejercer sus libertades y opciones, y hacer realidad todos sus derechos.  

Este año el desafío es lograr un planeta 50-50 en igualdad hasta 2030. A pesar de los logros, ningún país ha alcanzado la igualdad de género en todas las dimensiones de la vida que preveía la plataforma. Las mujeres ganan menos que los hombres y es más probable que trabajen en empleos de baja calidad. La tercera parte de ellas sufre violencia física o sexual en el transcurso de su vida.

Las mujeres y niñas representan el 55% del total de víctimas del trabajo forzoso, estimado en 20,9 millones de personas en todo el mundo, y el 98% de las víctimas de explotación sexual contra su voluntad (4,5 millones de personas).

Las brechas en los derechos reproductivos y la atención de salud causan la muerte de 800 mujeres al dar a luz cada día.

En Ecuador aún existen adversidades, por ejemplo, ellas ganan el 24% menos que los varones, a pesar de sus títulos universitarios y méritos. Además, las ecuatorianas son las que más se ocupan del trabajo en la casa, aproximadamente 22 horas más al mes que ellos.

Por lo general, hoy, que se conmemora el Día Internacional de la Mujer, serán ellas quienes se imaginen un mundo de igualdad.

Pero la ONU convoca también a todos los hombres, líderes, profesionales y varones en general a terminar con el patriarcado y soñar con un mundo así.

EL TELÉGRAFO invitó a 3 ecuatorianos a reflexionar sobre un planeta en el que hombres y mujeres compartan por igual los roles del hogar o perciban un salario calificado por su desempeño, y no por el género.

Diego Vintimilla: “Con la mujer se ha procesado la política de otra forma”

La ONU Mujeres destaca que en el mundo aún las barreras estructurales creadas mediante leyes e instituciones discriminatorias siguen limitando las opciones que tienen las mujeres para presentarse a elecciones. Además, detalla que las brechas provocan que las mujeres tengan menor probabilidad que los hombres de contar con la educación, los contactos y los recursos necesarios para convertirse en líderes eficaces.      

En Ecuador tras la aplicación de la Ley de Cuotas, la paridad de género ha sido una realidad. Por primera vez en la historia del país existen 3 mujeres a la cabeza de la Asamblea Nacional, hay igualdad de género en la matrícula universitaria y en la Corte Nacional hay tantas mujeres como hombres.

El asambleísta Diego Vintimilla, quien se declara abiertamente feminista, considera que hay una importante participación de mujeres en los distintos ámbitos de la vida política y pública con respecto al aspecto numérico; cree que en el tema cualitativo se debe trabajar más para que las mujeres se empoderen definitivamente de sus decisiones e impulsen sus  liderazgos.

Desde su visión y experiencia personal en el trabajo de la Asamblea asegura que hay experiencias importantes. “El hecho de que 3 mujeres estén al frente ha logrado procesar la política de otra forma, incluso mostrarle al poder temáticas desde otras aristas que antes no se concebían”, dice.

Por ejemplo, cuando se debaten temas particulares Vintimilla, sin caer en una visión maternal, cree que las mujeres tienen un instinto y una noción peculiar del cuidado y esto implica que las decisiones en la política se tomen de otra manera.

“Cuando se discute sobre el Código Penal, las mujeres están de acuerdo con el tema punitivo y con que se tiene que eliminar el delito, las infracciones, pero adicionalmente se preocupan, por ejemplo, de los hijos de las personas que van a ser recluidas o privadas de la libertad. Cuando se debaten leyes que relacionan a mujeres, salud, son generalmente propuestas que vienen de compañeras mujeres. Ellas tienen una mirada más integral”, sostiene el asambleísta, quien también se ha adherido públicamente a la campaña que impulsa la ONU denominada HeforShe. Esta iniciativa pretende involucrar a los hombres como seres principales para hacer un cambio y así tener una sociedad más equitativa.

Vintimilla vislumbra que de aquí en 7 años más la situación sea más equitativa. “Creo que vamos a llegar a un tope en el cual la acción afirmativa, la paridad y la participación van a ser efectivas, después de eso la tarea y la carrera no es hombres y mujeres sino ciudadanía y colectivo. En Ecuador debemos entender que no estamos empezando la carrera en iguales condiciones, pero llega un momento en el cual estas formas son suficientes. Si no comenzamos a organizar en Ecuador mecanismos que construyan poder popular toda la incorporación de las mujeres será solo una parte de la política”, sostiene Vintimilla.

El joven asambleísta, oriundo de Azuay, cree que de aquí en adelante se debe cerrar el ciclo constituyente para que la carrera sea entre iguales. Un tema pendiente es seguir discutiendo sobre derechos sexuales de las mujeres.

Ramiro Ávila: “La violencia requiere más prevención que represión”

Los derechos de la mujer han sido una conquista de los movimientos feministas en Ecuador desde la década de los 90.

El jurista Ramiro Ávila Santamaría asegura que la Constitución de Montecristi garantiza los derechos de las mujeres a vivir una vida libre de violencia y ofrece otras garantías como la acción de protección que brinda una reparación integral a cualquier mujer que ha sufrido violencia.

La tipificación del femicidio en el Código Orgánico Integral Penal es una herramienta importante porque visibiliza la violencia por género.

“Sin embargo, estoy convencido que, aún suponiendo que todos los femicidios sean conocidos, investigados y condenados, cuestión que nunca sucederá, la ley penal  no puede frenar la violencia (...) no resuelve el problema social que la violencia genera, pues mira solo un hecho, una causa, un responsable y tiene una solución que agrava y crea otros problemas como la cárcel”, sostiene Ávila.

De hecho en el Ecuador 6 de cada 10 mujeres han sufrido algún tipo de violencia en el país. En la zona urbana el porcentaje es de 61,4% y en la rural 58,7%, según la Primera Encuesta de Violencia de  Género realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos.

La pareja en la mayoría de casos es el principal agresor. De acuerdo al estudio, el 52,5% de las mujeres, a pesar de ser sujeto de violencia, no se separa porque cree que “las parejas deben superar las dificultades y mantenerse unidas“; el 46,5% piensa que  “los problemas no son tan graves“; el 40,4% “quiere a su pareja“, mientras el 22% “no se puede sostener económicamente“.

En cambio, ONU Mujeres destaca que la violencia contra mujeres y niñas en el mundo es una violación grave de los derechos humanos.

La organización asegura que hay varios tipos de violencia desde la doméstica hasta el acoso, la agresión sexual, la mutilación genital femenina, la trata, la violencia sexual en los conflictos y los asesinatos relacionados con el género.

Los efectos de la violencia pueden implicar consecuencias físicas, sexuales y de salud mental. Además afectan de manera negativa al bienestar general de las mujeres e impide que participen plenamente en la sociedad.

Para Ávila los derechos de la mujer a la igualdad y a no ser discriminadas han sido vulnerados. ”Las mujeres tienen un trato diferenciado, subordinado, en el que se limita, se restringe y anulan ejercicios de otros derechos. Por ejemplo, en el trabajo ellas ganan menos que los hombres; en la casa tienen todo el peso del cuidado, que es una carga laboral no reconocida; en la calle sufren acoso; en la familia sufren violencia; en la política, tienen que destacarse como si fueran hombres para ser visibilizadas”, cuestiona.

A su criterio, los hombres tienen que aprender del feminismo, de la  lucha de las mujeres para beneficio de la sociedad, por lo que también deberían ejercer un rol de cuidado y apoyar a las personas que sufren discriminación. “La violencia tiene relación con el patriarcalismo, con múltiples causas y requiere más prevención que represión”.

Andrés Aráuz: “Aún hay deudas que saldar en el campo laboral para la mujer”

En la mayoría de los países del mundo los salarios de las mujeres se sitúan entre un 70 y 90% comparado con los que perciben los hombres, según informe de ONUMujeres. Ecuador no escapa a esta realidad.

De acuerdo al economista Andrés Aráuz, director de la Sercop, esa es una deuda que aún se debe saldar en la sociedad ecuatoriana y a nivel mundial, incluso dice que  falta por equiparar la posición de la mujer en cargos directivos, sobre todo a nivel privado. “Lamentablemente esta es una realidad en todo el mundo, inclusive en los países avanzados como los escandinavos donde aún persisten estas diferencias”.

En Japón el año anterior por primera vez una mujer accedió a la presidencia de un banco. El hecho fue noticia a nivel mundial con la designación de Nomura Trust and Banking, uno de los tres de Chie Shimpo como presidenta. Algo que no ocurre en los otros bancos de importancia de Japón.

El economista recalca que en Ecuador hay avances en la normativa constitucional. ”Se definieron relaciones paritarias en el campo económico s y se eliminaron cosas absurdas como el hecho de que para solicitar un crédito la mujer debía tener la autorización del marido”.

Aráuz considera también que ha existido avances en el campo laboral, sobre todo con la eliminación de aspectos discriminatorios como solicitar ‘buena presencia’ para aspirar a una oferta de trabajo y el estado civil que tiene.

En el campo educativo, de acuerdo al Sistema Nacional de Información de la Educación Superior del Ecuador (lsnies), La planta docente femenina se incrementó en 2012 de 29.3% a 33%. Fue el grupo con mayor preparación académica. El 35,6% de la planta docente tenía maestría. Mientras que el número de mujeres con Phd creció de 21% a 33%. Aráuz tuvo la oportunidad de trabajar con mujeres en las finanzas populares y ahí constató que ellas tienen una tasa de pago mejor que los varones.

“Es por eso que el crédito de desarrollo humano que entrega el Gobierno nacional es un instrumento exclusivo para las madres, ya que hay una vivencia científica de que ellas tienen una mayor capacidad y voluntad de pago del crédito”.

La experiencia de crédito solidario que nació del banco Gramem en Bangladesh y que tiene repercusión en el país muestra la voluntad porque un préstamo sea pagado por las integrantes del grupo cuando la deudora no tiene la capacidad para hacerlo. “Así todas salen beneficiadas porque el crédito se mantiene abierto y se crean mecanismos de interdependencia”.

El profesional reconoce la importancia de la mujer en la economía ecuatoriana y de su trabajo no remunerado en el hogar, que según datos del Inec representa al menos el 15,41% del PIB, 6,12 puntos más de lo que representa la industria de extracción petrolera, mas indica que es importante considerar una reforma en la seguridad social para permitir que la mujer pueda permanecer más tiempo con su hijo en el primer año de vida. “Las sociedades son más productivas cuando desde niños se tuvo el apoyo emocional de la madre”.

VEA TAMBIÉN: EL DEBATE SOBRE FEMINISMO

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