Un negocio que decayó con el tiempo
En Quito y Guayaquil la adquisición de uniformes concentra diferentes negocios.
En Guayaquil, Margarita Torres, hija de los dueños que iniciaron el negocio “Confecciones Don Lucho” (CDL), con 50 años en el mercado, cuenta que las ventas han disminuido. “Hasta el año pasado había mayor demanda, pero ahora hay más cantidad de comercios de estas prendas”.
Relata que CDL empezó con un puesto en las calles Clemente Ballén, entre Rumichaca y Lorenzo de Garaicoa, con la venta de pantalones y camisas de telas para escuelas y colegios.
Cuenta que después, en la Academia Almirante Illingworth, tuvieron un local donde confeccionaban de forma exclusiva los uniformes de este plantel, pero actualmente ya no lo hacen. No obstante, dice que a nivel educativo confeccionan los trajes a un promedio de 30 establecimientos.
“Hay chicos que compran de dos a tres uniformes para tener para los posteriores años lectivos. Así es como se ahorran”, dice la comerciante.
Asimismo, Torres asegura que estos negocios se han convertido en una tradición familiar.
En su caso, dice, a pesar de tener la profesión de obstetriz, decidió dedicarse a la administración del lugar.