Tumbas halladas en la cordillera Chongón-Colonche revelan entierros múltiples
La investigación se inició por hallazgos de los habitantes de la zona, en el cerro Las Tetas, donde se encontró vestigios de los años 1185 y 1275 d.C y 1400 a 1445 d.C.
El Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) Zonal 5, mediante la plataforma digital zoom, realizó el webinar “Contextos funerarios en la cordillera Chongón-Colonche, Santa Elena”, dictada por el arqueólogo Marco Vargas.
El objetivo de este evento virtual fue difundir la investigación realizada por el INPC en la cumbre del cerro Las Tetas mediante prospección, delimitación de sitios arqueológicos y las excavaciones de rescate en contextos funerarios, con el fin de contextualizar la presencia de los monolitos encontrados por los moradores de la comuna y los alrededores.
El interés del INPC surgió en el 2013 con el descubrimiento, por parte de comuneros de la zona, de tres monolitos, los cuales por referencia previas señaladas por Carlos Zevallos Menéndez, se cree están asociados a contextos funerarios; esto determinó que se planifique una prospección arqueológica sistemática.
La indagación permitió definir una serie de emplazamientos arqueológicos distribuidos en la cima del cerro Dos Tetas, sobre los 300 m.s.n.m. Esto ayudó, además, a definir cuatro contextos funerarios, que permitieron precisar una arquitectura de tumbas de pozo extendida y tumbas de pozo con cámara lateral, en los dos casos se observó la presencia de entierros múltiples.
Los individuos enterrados fueron de sexo masculino o femenino; las edades también son variadas, observándose la presencia de infantes, adolescentes y adultos.
De las tumbas se recuperaron artefactos de cerámica (vasijas, estatuillas, silbatos, lliptas), piedra tallada (manos de moler), metalurgia (cobre y oro), bienes de hueso tallado (escultura miniatura antropomorfa y zoomorfa), y equipos asociados con la textilería (torteros).
Con relación a la cronología, en los laboratorios Beta Analytic, se determinó que la primera muestra, cuya fecha se ubica entre 1185 y 1275 d.C., corresponden a una tumba con una arquitectura rectangular, sin cámara y con entierros múltiples (14 personas); mientras que, en la otra muestra, la fecha obtenida es de 1400 a 1445 d.C., corresponde a una tumba de pozo con cámara lateral, con entierros múltiples (7 cuerpos).
Vargas indicó que, entre los dos contextos cerrados, hay una diferencia de 200 años, que a juzgar por la arquitectura de las tumbas posiblemente se deba a cambios en la estructura social del grupo.
La otra explicación, considerando que se mantiene la tendencia a los entierros múltiples, quizá se deba a la costumbre de reutilizar la misma tumba para exhumar a muertos de la misma estirpe familiar. (I)